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Esteta

Honoré Daumier (1806- 1879) El conocedor (1865)


Para que el conocedor haga honor a su pretensión debe constituirse una distancia apropiada entre el objeto considerado y sí mismo. Pero si este sujeto pretende dar cuenta del conjunto total de su experiencia en el ámbito que ocupa, entonces tendrá que reconocer, en principio, que está inmerso en el lugar.

Estética de la inmersión

Atendiendo al habitar, hay que considerar una estética propia de la situación inmersa.
Esto quiere decir: no podemos constituir una distancia estética a semejanza a la contemplación visual de un objeto plástico. El distanciamiento sujeto-objeto debe construirse en la autoconciencia del primero. La experiencia estética del habitar, entonces, es una experiencia de percepciones y valores apreciados por un sujeto inmerso en su lugar.

Se trata de una experiencia estético-axiológica singular que merece un abordaje específico

Cuestiones de apertura (32)

¿Cuáles son las diferentes dimensiones que implican una política de vivienda?


La siesta

Frederick Arthur Briggman (1847- 1928) La siesta (s/f)


Comodidad y confort son aspectos legítimamente exigibles a la arquitectura.

Elogio de la comodidad y el confort auténticos

Se tiene por confort a aquellas condiciones que brindan bienestar o comodidad.
En general, se entiende que resulta cómodo lo que reduce el esfuerzo físico, toda vez que este último es considerado aflictivo. También se considera que es confortable una condición ambiental deseable en términos de temperatura, humedad, velocidad del aire y otros aspectos tales como el nivel y calidad de la iluminación. Comodidad y confort son aspectos legítimamente exigibles a la arquitectura.
Sin embargo, debe observarse con preocupación la irrupción de unas ingenierías que transforman toda operación en el pulsado de un mando a distancia y vuelven la climatización una homogeneización indiferente de todos y cada uno de los lugares.

El confort y la comodidad auténticos no deben sumirse en la insignificancia por obra de la banalización.

La vivienda moderna, según Hannes Meyer

Hannes Meyer (1889- 1954) Laubenganghaus en Dessau-Törten. (1930)


La vivienda moderna en la interpretación del director suizo del Bauhaus, Hannes Meyer.

Conjuntos habitacionales

Uno de los productos de nuestras políticas de vivienda es la irrupción, en ciertas regiones de la ciudad, de los denominados conjuntos habitacionales.
Hay quien confunde uno de estos conjuntos con un barrio, pero se equivoca mucho.
Un barrio es una estructura rica, variada y compleja de implementaciones, en donde la residencia está complementada con una plétora de servicios que completan la vida urbana.
Un conjunto habitacional es, en la mayoría de los casos, un agregado de viviendas con el pobre complemento de algún salón comunitario capaz apenas de albergar transitoriamente alguna reunión familiar extendida.

Un conjunto habitacional, es, con frecuencia una irrupción anómala y empobrecida en un tejido urbano roto.

Condición fronteriza

Émile Friant (1863- 1932) Autorretrato (1885)


Estemos donde estemos, allí está señalado un límite tras el cual todo está por aparecer. Puede que a través de la ventana o en cierta página por leer, algo está a punto de revelarse, algo está por dejar de permanecer oculto.

Habitar el límite: el alethotopo

Existe una condición especial en el habitar. Esta condición es la liminaridad, esto es, la existencia según los límites, los confines. Heidegger diría, quizá, existir cabe el límite.
Aquello que habitamos es un horizonte. Erguidos estamos entre el cielo y la tierra, alojados en los confines de aquello que separa cielo y tierra. Pero no por ello encerrados: más allá del horizonte habitado hay una región que el conocimiento, entendido como empresa, está pronto a revelar.
Esto que está pronto a revelar, que se deja desocultar es la aletheia, lo que desoculta la perspicacia, el saber ver más allá del horizonte. Recíprocamente, una vez que lo que se conoce hace visible, a la mano, aquello que estaba oculto, el error ahora reconocido, la falsa representación que sustituía el acierto, pasa, más allá del horizonte, a la región de lo olvidado.

Sloterdijk, con acierto, denomina alethtopo a esta región más allá del horizonte, donde reside todo lo que está por revelarse y, a la vez, aquello que será condenado al olvido.

Las cosas en su sitio

Caravaggio (1571- 1610) San Jerónimo escribiendo (1606)


Cada una de las cosas en su lugar, según el orden impuesto por Jerónimo, absorto en su tarea.

Personas y cosas

Basta mirar en derredor de uno: participamos de un orden absolutamente propio de personas y cosas.
En efecto, los objetos tan perfectamente domesticados de los que habla Georges Perec proliferan en nuestra compañía dispuestos en un orden que es intrínseco de nuestra vida. El hacer nuestro un lugar es imponerle una cierta y propia composición que prolifera en significados privados.

Quizá todo lo que quede de nosotros sea un agregado heteróclito de ciertas cosas que serán, indefectiblemente, acomodadas de otra manera, mal que nos pese. Y algunos recuerdos.

Cuestiones de apertura (31)

Por lo general, cuando se comienza a pensar en habitar, se considera como el lugar habitable por excelencia, la casa. ¿Qué otro ámbito puede sustituir a la casa como paradigma primero del habitar?


Arquitecturas vacuas

Aquí se ha dicho antes: La arquitectura sin presencia humana es una magnífica vacuidad.
Es que la arquitectura, reducida a puro artefacto construido, privado de la presencia humana es un significante vacante. Y no obstante tal vacuidad puede resultar magnífica, claro que sí. Pero esa magnificencia es la de una abstracción, no es una propiedad de la arquitectura concreta.

¿Qué puede esperarse de  una arquitectura realizada por sujetos formados en la abstracción vacua?

Magníficos vacíos

Friedrich Schnelle (1797- 1848) Interior de la iglesia de Schwerin (1839)


Durante mucho tiempo, los estudiantes de arquitectura se aplican a representar la arquitectura privada de la actividad humana que las habite.

Uno de tantos Hammershøi

Vilhelm Hammershøi (1864- 1916) Una habitación de la casa del artista (1901)


Cabe preguntarse: Con tan pocos elementos —aparentemente—¿Cómo es posible que la escena esté tan llena de vida?

Las pinturas de Vilhelm Hammershøi (1864- 1916)

Las pinturas de Hammershøi son testimonios del lado de adentro de las cosas.
Conmueven especialmente por esta condición. No cuentan una anécdota, no retratan un personaje ni describen una situación. Sencillamente respiran quedamente el aliento de la vida propia de las habitaciones. El actor principal de sus escenas es la luz que logra infiltrarse en los antros que poblamos.

Cada pintura es una ocasión para pensar con placidez en nuestra condición de habitantes.

La siempre joven mirada del científico

Cuando se presenta a la cultura científica, el espíritu nunca es joven. Incluso es muy viejo, ya que tiene la edad de los prejuicios. Acceder a la ciencia, significa rejuvenecerse espiritualmente, aceptar una mutación brusca que debe contradecir un pasado.
(Bachelard, 1971)

Para acceder al espíritu científico hay que reservarse una cuota de juventud irreverente, capaz de ver las cosas de modos alternativos a los habituales. Por el contrario, la conservación de las ideas dominantes sólo demanda un sentido del gusto kantiano, que resulta en juicios sintéticos a priori.

Modos de ver

Pierre-Auguste Renoir (1841- 1919) Parasoles (1883)

Puede apreciarse un logrado juego de composición entre las figuras humanas y las curvas azuladas de los paraguas. Pero también puede verse unas efímeras constituciones de lugares habitados.


Valores del lugar

August Fischer (1854- 1921) Vista de Brujas (1905)


De la escena no cabe considerar la suma del valor de cada uno de sus elementos, sino el valor del conjunto como tal.

Patrimonio

La medida del patrimonio arquitectónico de una comunidad no es la suma simple de los valores de sus monumentos. Es, en cambio, el producto del conjunto complejo de todos los valores arquitectónicos integrados en un contexto.

El patrimonio arquitectónico no es un valor de cosas construidas, sino el valor de las relaciones sociales con esos lugares habitados.

Cuestiones de apertura (30)

La arquitectura no es una-y-su-circunstancia sino una con su circunstancia
¿Es que la atención al contexto sólo es una forma de ideología, el contextualismo?


Aquellas calles

Antal Berkes (1874- 1938) La Plaza Vieja (1938)


Puede que se sienta, por efecto de la nostalgia, equívocamente idílico, pero al menos parece el lugar habitado por una comunidad articulada con modos razonables de civilización. Nuestras ciudades no tienen ni este semblante.

La segregación socioespacial

Nuestras ciudades se desarrollan como mosaicos socioespaciales.
En distintas regiones urbanas se reparten el territorio los diversos segmentos sociales: allí los muy ricos, allá los no tan ricos, más allá los pobres y en los intersticios, los pobrísimos. Una vez que se segrega de esta manera, las tribus urbanas se vuelven hostiles: los pobres planchas atemorizan a los ricos chetos, que cruzan la calle toda vez que no viajan en automóvil. De allí que los muy ricos se confinen en barrios cerrados (gated communities) que alejan el pobrerío, la delincuencia y los forasteros. Un barrio, antes territorio diverso es ahora el lugar de la gente como uno.

Los conflictos violentos se hacen, una ocasión sí y otra también, cada vez más agudos.

La forma arquitectónica de la vida

Baccio Baldini (1436- 1487) Teseo y Ariadna (1470)


No se trata meramente de símbolos. Hay algo literal en la representación de la peripecia vital en el errar por un dédalo de pasillos.

Aportes de la arquitectura mítica

Desde tiempos remotos, nos hemos lanzado a explorar, lo que no sólo implica desplazarse, sino además trazar mapas y escrituras.
Lo que resulta de ambas operaciones es una arquitectura de laberintos. No se trata de una abstracta y puramente espacial estancia —la que produce esferas—, sino que nos vemos sumergimos en un medio concreto donde también el tiempo tiene lugar.

No por nada una de los aportes arquitectónicos del mítico Dédalo consiste en aquello que Borges nomina, con acierto, la casa de Asterión.

Una forma humana para la función

Alvar Aalto (1898- 1976) Detalle de puerta en Villa Mairea (1936)


La forma del picaporte es una con el gesto de la mano humana que la opera. Con el picaporte, las cosas no hacen más que comenzar.

Del funcionalismo a la Teoría del Habitar

Puede esbozarse una sucinta genealogía de la Teoría del Habitar, tal como se la desarrolla aquí.
El origen es el tratamiento privilegiado de los problemas de la función en arquitectura. Este centro de interés pudo elaborarse, con cierto esfuerzo reflexivo, desarrollando el concepto global de función en términos y alcances de operación, utilización y finalidad. Este desarrollo fue complementado con las observaciones críticas provenientes de Alvar Aalto, que cuestionaban el reduccionismo mecanicista del funcionalismo moderno.

Sólo cuando se elaboró reflexivamente la cuestión por la finalidad última de la arquitectura fue cuando emergió el habitar como temática.

Apunte de una historia de la domesticidad

Pieter Janssens Elinga (1623- 1682) Interior con pintor, mujer leyendo y sirvienta que barre (1668)


Es innegable que gran parte de nuestra idea o representación de la domesticidad proviene de las escenas holandesas burguesas del siglo XVI. Hay toda una tarea en seguir el devenir histórico hasta nuestros días.

Historia social y crítica

Una teoría del habitar no se sustenta en soledad y autonomía, sino hermanada con la historia del habitar.
Ya se ha dicho aquí antes que se trataría en todo caso de una historia social, que se centrara en procesos históricos más que en eventos ejemplares. A esto debe agregarse el carácter crítico, con lo que tanto el presente como el futuro se colocan en una perspectiva que tiene a la propuesta reflexiva como característica diferencial.

No sólo inquirimos sobre cómo es que hemos llegado al presente estado de cosas, sino que nos preguntamos hacia qué direcciones nos lanza el proceso histórico en que estamos inmersos

Cuestiones de apertura (29)

El concepto de vivienda de interés social es, en la actualidad, bastante cuestionable.

¿Cuál será el concepto sustituto en la teoría y práctica política del habitar?

Componentes de la constitución de una casa

William Merrit Chase (1849- 1916) Desayuno al aire libre (1888)


Las casas empiezan a constituirse, en primer lugar, con las personas que la habitan, mucho antes de la primera palada que excave el terreno para los cimientos de la construcción. Porque habitamos es que construimos.

La domesticidad

La domesticidad tiene que ver con la familia, la intimidad y una consagración al hogar, así como una sensación de que la casa incorpora esos sentimientos, y no sólo les da refugio.
(Rybczynski, 1989)
Es que la construcción de una casa no es la elaboración simple de un artefacto, sino una operación vincular compleja entre un grupo humano que conforma un definido nosotros y, con ello, un recinto propio, un aquí tanto concreto como simbólico. Y nosotros-aquí supone un entramado complejo de vínculos entre personas y lugares.

La domesticidad no es algo dado, sino una continua producción de sus condiciones de posibilidad.

Tenemos derechos

Jacob Riis (1849- 1914) Niños durmiendo en la calle Mulberry (1890)

Jugar a constitucionalistas

Dice nuestra Constitución:
Artículo 45.
Todo habitante de la República tiene derecho a gozar de vivienda decorosa. La ley propenderá a asegurar la vivienda higiénica y económica, facilitando su adquisición y estimulando la inversión de capitales privados para ese fin.
Pero podría decir:

Todo habitante de la República tiene derecho de disponer de lugares adecuados, dignos y decorosos para desarrollar todos los aspectos de la vida. La ley propenderá al desarrollo sistemático del hábitat a través de la planificación, promoción, proyecto, construcción y acceso de todos y cada uno de los actores sociales, asegurando condiciones de libertad, igualdad y solidaridad.

Gestos sagrados

Paul Gaugin (1848- 1903) La invocación (1903)


Mucho antes de erigir un templo, los cuerpos trazan las líneas maestras del lugar para hablar con los dioses. Las sagradas coreografías preceden en mucho la construcción material de los recintos consagrados.

Las formas efímeras del habitar

A los arquitectos interesa el erigir estructuras estables y durables.
Por ello, aquí dedicamos mucha atención a la conformación de la arquitectura del lugar en sus manifestaciones relativamente más perdurables. Pero creo que también es conveniente prestar algún interés a las formas efímeras, tenues, lábiles del habitar. En primer lugar, porque también son arquitecturas, en tanto formas construidas —en el sentido amplio de la expresión— que se habitan según unos arreglos sumarios del cuerpo en el lugar.
También porque estas formas efímeras habitan a su modo las arquitecturas construidas con madera, ladrillo, piedra, hormigón… Y quizá sean, en cierto modo, enlaces o interfaces entre el cuerpo y la construcción.


Constituciones de fonotopos

…El fonotopo (o logotopo), que genera la campana vocal bajo la que los convivientes se oyen unos a otros, hablan unos con otros, se reparten órdenes unos a otros e inspiran unos a otros,…
(Sloterdijk, 2004: 279s)
Toda vez que nuestras emisiones vocales se vuelven significativas para los demás, entonces es posible constituir esferas esbozadas por las modulaciones del sonido.
Así, el volumen y la dirección de la voz, las inflexiones más sutiles, los matices más leves hacen que se tracen, implacables, las diferencias entre nosotros y los otros. Ya con el desarrollo del habla proliferan las diversas formas de las campanas sonoras que nos distinguirán no sólo de extraños sino que señalarán las asimetrías y reciprocidades en el poder y la seducción.

Hay arquitecturas trazadas por la interlocución diestramente tramada.

Arquitecturas pobladas por murmuraciones

Eugene de Blaas (1843- 1932) El chisme amigable (s/f)


El músico puede irrumpir en la habitación, pero aun así no tendrá acceso al pequeño reducto de las murmuraciones que conspiran a su costa.