En su
Ensayo sobre la síntesis de la forma (1964),
Christopher Alexander presenta la idea del diseño concebido como un ajuste (fitness) entre la forma y su contexto de
uso.
Es
una concepción poderosa en su aparente sencillez. A mí me ha sugerido que el
diseño arquitectónico logrado consiste en encontrar la contraforma de la vida
que se desarrolla en el lugar. Así se construiría efectivamente una forma
significante con la vida humana como forma de contenido.
A una
entidad así, se le llama aquí arquitectura
viva.
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