La necesidad imperiosa de urbanógenos (I)

János Kléh (1881- 1919) Mercado (s/f)

La ciudad y la sociedad que la puebla han de sobrevivir. Que la humanidad prevalecerá es la tenue esperanza que no nos abandonará aun cuando no nos quede ninguna otra.
Por esta razón, la emergencia de urbanógenos es una necesidad ineludible. Proliferan instancias en que las ciudades se extienden, se diluyen y se extenúan en el territorio: en las perspectivas de desarrollo futuro, las señales son ominosas y abundan las amenazas mortales. Pero si las ciudades han de sobrevivir, ha de ser por obra de la propia vida social, que con ancestrales astucias históricas, encontrará de un modo u otro los factores de necesaria y acuciante revitalización.

Por ello, será cuestión urgente la observación atenta de la vida social con el fin de detectar estos elementos que resultarán el origen de una nueva vida urbana, a lo que seguirá un prudente cuidado que ampare su cultivo y desarrollo.

Viejas cuestiones (XLIV): La arquitectura como arte

Dirk van Delen (- 1671) Capricho arquitectónico (1633)

¿Qué significa, en la actualidad, la caracterización de la arquitectura como arte?

La caracterización de la arquitectura como arte, en la actualidad, se vuelve bastante problemática por varias razones.
La primera y principal es que domina en el imaginario social una noción equívoca que entiende al arte como una actividad reservada a especialistas que producen eventos en unas especiales condiciones de recepción y consumo. Esto conduce a segregar, del conjunto de actividades sociales de producción, un conjunto nominalmente circunscrito de eventos, de modos de producción y recepción, todos marcados por una nominal diferencia.
La segunda razón, derivada de la anterior, es que se produce una inconsecuente antinomia entre el arte y la producción social. De un lado queda un ejercicio profesional excepcional, singular y diferenciado, opuesto a una actividad social de producción de diversas formas de satisfacción de efectivas demandas sociales corrientes, cotidianas y ordinarias.
Hay también una tercera razón, que contrapone el arte como forma de producción centrada en el talento infrecuente del artífice y en la consecución de la síntesis de la forma del artefacto en sí, por un lado y por otro, un servicio social centrado en la satisfacción de requerimientos sociales explícitos.

Todo esto hace que sea bastante problemática la caracterización de la arquitectura como arte.

Reescrituras (XLII): Cerca, tras las rejas

Ferdinand Knab (1834–1902) Salida al jardín (1896)

Puede que estemos en el umbral de una nueva arquitectura que concebir, dedicar y conformar. Basta con abrir las rejas, no sin esfuerzo.

* * *
Otra arquitectura es posible, tiene que sernos posible: tal la expresión recurrente en este sitio
Una arquitectura que se aplique ya no a los objetos construidos, sino a la relación íntima que liga a estos con los sujetos que los habitan.
Un ejercicio profesional de la arquitectura que a los compromisos con la construcción y el diseño se sume el compromiso ineludible de un ejercicio de un humanismo práctico.
Una arquitectura que resulte, más que nunca, viva y palpitante de plena población humana.

Ciertamente, sólo tenemos que correr las rejas.

AASSMAA AKHANNOUCH (1973): LA MAISON QUI M´HABITE ENCORE (LA CASA QUE ME HABITA AÚN, 2019-2021)

 

Las palabras huelgan. Dejemos hablar a las cosas.

Véase el artículo original:

http://tochoocho.blogspot.com/2021/03/aassmaa-akhannouch-1973-la-maison-qui.html


Plumas ajenas: Oliverio Girondo

VISITA

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".

Oliverio Girondo

Contra la ciudad adjetivada (XXVIII) Ciudad vieja

Montevideo: el casco histórico, la bahía, el cerro en 1885

En los documentos oficiales de HABITAT existen infinitos “conceptos” de: ciudad sustentable, ciudad segura, ciudad inteligente, ciudad resiliente, ciudad humana, ciudad democrática, ciudad amigable, ciudad competitiva, ciudad autónoma, ciudad innovadora, ciudad creativa, ciudad del conocimiento, ciudad de la palabra, ciudad dormitorio, ciudad universitaria, ciudad de las artes, ciudad emergente, ciudad equitativa, ciudad inclusiva, ciudad histórica, ciudad de oportunidades, ciudad sostenible, ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad patrimonial, ciudad de todos, ciudad dispersa, ciudad educadora, ciudad vieja, ciudad verde, ciudad a escala humana...
Fernando Carrión, 20161

¿Es que a todos los cascos históricos les debe advenir el status de museo, de escenario turístico, de reductos candidatos a la gentrificación?
¿No es posible reinventar la vida moderna allí en donde perviven más que simples relictos del pasado?
¿Nos será posible, algún día, vivir con memoria?
Los cascos históricos abandonados a la función meramente escenográfica están condenados a la peor de las muertes.

1 Artículo completo en

Sobre las colpoprácticas (I)

Hans Zatka (1859- 1945) La tentación (s/f)

Toda colpopráctica se inicia en una irrupción, en el atravesamiento de un umbral.
Así sucede con las habitaciones: situados en su inminencia, practicamos su puerta. Practicar la puerta es operar transformando su circunstancial clausura que confina, en una apertura que nos brinda, no sin violencia, la entrevisión de las entrañas del ámbito. Atravesar un puerta siempre es el quiebre de una delicada membrana tensada en el umbral, un himen/limen. Irrumpir es una suerte de operación amorosa, por lo que nunca es escasa la circunspección.
Según las circunstancias —y hay que detenerse en ello— uno adviene al ámbito aún antes de atravesar el umbral, haciendo mera presencia próxima, pero no siempre está muy definido cuándo es que uno ha culminado la laboriosa tarea de irrumpir: puede que, aún dejado atrás el dintel, sólo se limite uno a anunciarse.

Las distancias que una persona debe vencer a la entrada a un lugar no se miden con exactitud con una regla centimetrada, sino con la observación de la etiqueta.

Viejas cuestiones (XLIII): Un hecho social total

Kenyon Cox (1856- 1919) Una égloga (1890)

¿Qué quiere decir que la arquitectura es un hecho social total?


Dicho en breve: a la arquitectura nada de lo humano le debe ser ajeno. Lo que implica la exacta congruencia entre las dimensiones de la condición humana con las dimensiones correspondientes de la arquitectura. Cosa que se deja decir fácil; lo difícil es no abandonar el compromiso.

Reescrituras (XLI): A cada cual, un balcón... y algo digno de contemplarse desde éstos.

Arte público en Barcelona

No basta con proliferar los alojamientos: debe desarrollarse, en todos sus aspectos la ciudad que nos merecemos.

* * *

El derecho a habitar la ciudad es un derecho social que, no sin dificultades, se abre paso en la conciencia social.
Por ello es quizá oportuno anticipar un concepto riguroso con alguna noción que nos permita comenzar, al menos, a emocionarnos con una cierta esperanza.

A cada cual, un balcón... y algo digno de contemplarse desde éstos: esta puede ser una noción propiciadora.

AASSMAA AKHANNOUCH (1973): LA MAISON QUI M´HABITE ENCORE (LA CASA QUE ME HABITA AÚN, 2019-2021)

 

Las palabras huelgan. Dejemos hablar a las cosas.

Véase el artículo original:

http://tochoocho.blogspot.com/2021/03/aassmaa-akhannouch-1973-la-maison-qui.html

 


Plumas ajenas: Fernando Pessoa

Plaza de Figueira, Lisboa

A praça da Figueira de manhã,
Quando o dia é de sol (como acontece
Sempre em Lisboa), nunca em mim esquece,
Embora seja uma memória vã.

Há tanta coisa mais interessante
Que aquele lugar lógico e plebeu,
Mas amo aquilo, mesmo aqui... Sei eu
Por que o amo? Não importa. Adiante...

Isto de sensações só vale a pena
Se a gente se não põe a olhar para elas.
Nenhuma delas em mim serena...

De resto, nada em mim é certo e está
De acordo comigo próprio. As horas belas
São as dos outros ou as que não há.

La plaza Da Figueira de mañana,
Cuando el día es soleado (como ocurre
Siempre en Lisboa), nunca en mí olvida,
Pese a que sea una memoria vana.

Hay tanta cosa más interesante
Que aquél lugar lógico y plebeyo,
Pero amo aquello, incluso aqui... ¿Sé yo
Por qué lo amo? No importa. Adelante...

Esto de sensaciones sólo vale la pena
Si la gente no se pone a mirar a ellas.
Ninguna de ellas en mí serena...

Del resto, nada en mí es acertado y está
De acuerdo conmigo mismo. Las horas bellas
Son las de los otros o las que no existen.

Álvaro de Campos (Fernando Pessoa)

Artículo especialmente recomendado

 Véase:

http://tochoocho.blogspot.com/2021/03/aassmaa-akhannouch-1973-la-maison-qui.html


Contra la ciudad adjetivada (XXVII) Ciudad educadora

Montevideo ¿Ciudad educadora?

En los documentos oficiales de HABITAT existen infinitos “conceptos” de: ciudad sustentable, ciudad segura, ciudad inteligente, ciudad resiliente, ciudad humana, ciudad democrática, ciudad amigable, ciudad competitiva, ciudad autónoma, ciudad innovadora, ciudad creativa, ciudad del conocimiento, ciudad de la palabra, ciudad dormitorio, ciudad universitaria, ciudad de las artes, ciudad emergente, ciudad equitativa, ciudad inclusiva, ciudad histórica, ciudad de oportunidades, ciudad sostenible, ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad patrimonial, ciudad de todos, ciudad dispersa, ciudad educadora, ciudad vieja, ciudad verde, ciudad a escala humana...
Fernando Carrión, 20161

Hoy más que nunca la ciudad, grande o pequeña, dispone de incontables posibilidades educadoras, pero también pueden incidir en ella fuerzas e inercias deseducadoras. De una forma u otra, la ciudad presenta elementos importantes para una formación integral: es un sistema complejo y a la vez un agente educativo permanente, plural y poliédrico, capaz de contrarrestar los factores deseducativos.
Carta de Ciudades Educadoras, 1990

Otra vez el mismo recurso de la adjetivación como efecto de una reacción crítica.
¿Realmente puede hablarse de una deseducación o mejor se haría en investigar qué factores, procesos o circunstancias sociales de contenido negativo son propalados por la propia vida ciudadana? La ciudad siempre educa: le muestra la cruda realidad social a sus habitantes, que no hacen otra cosa que sobrevivir en lo que aparenta configurar un statu quo.
En otro artículo de este sitio se ha puesto de relieve cuán importante puede ser —y no sólo desde un punto de vista estrechamente “educativo”— el camino que recorren nuestros niños hacia la escuela.

1 Artículo completo en
http://elpais.com/elpais/2016/11/10/seres_urbanos/1478767051_442355.html

Onironáutica (I)

Abraham Blomaert (1564- 1651) Parábola del trigo y la cizaña (1624)

Toda vez que los seres humanos somos proyectos, nos lanzamos hacia un estado futuro desde las profundidades del sueño y el deseo.
Esto tiene una importante consecuencia: nuestro presente es el diseño provisorio en que hemos trasformado circunstanciadamente un proyecto largamente elaborado y que aún fragua hacia el futuro: nuestra propia condición humana. En este sentido, los arquitectos somos demasiado proclives a detenernos en el diseño de situaciones y circunstancias. Hemos de prestar atención a las pulsiones que intentan manifestarse en los proyectos de vida como tales.
En definitiva, nuestro presente obedece, de una forma u otra, a los imperativos que anidan desde mucho en las honduras de nuestro psiquismo. De interpretar esos imperativos como impulsores se trata.

Por ello es necesario indagar a fondo en estas líneas maestras que, adecuadamente interpretadas, nos moverán la mano que diseñe los lugares que habitemos efectivamente.

Viejas cuestiones (XLII): Los sujetos y sus circunstancias

Carlos Federico Sáez (1878-  1901) Cabeza de viejo (1899)

¿Cómo puede una teoría del habitar discriminar las diferentes vocaciones y expectativas al respecto que tienen las personas según su edad?

Una teoría del habitar que se precie de vocación humanista debe comprender a fondo la realidad del tiempo. Antes que detenerse en hermosas imágenes estáticas, debe acostumbrar tratar con procesos. Antes que considerar las figuras de lo humano, debe considerar y afrontar la propia realidad de la condición humana, condición de tiempo y circunstancias.

Es, por cierto un compromiso arduo, pero tiene que sernos posible.

Reescrituras (XL): Evanescencia

Tom Roberts (1856- 1931) A las tres menos veinte (1900)

De oikos nos quedan los ecos de eco-nomía y eco- logía. En nuestras casas, por su parte, nos quedan ciertos fantasmas evanescentes que ordenan los lugares de vivir en torno a un centro profundo y entrañable.

* * *
¿Qué nos quedará de la casa?
¿Un fantasma que convocamos con nostalgia? ¿El eco de una idea? ¿La huella indeleble, pero borrosa, de una memoria antigua?
Los lugares que efectivamente habitamos han mudado de aspecto. Se han constreñido a dimensiones crueles, han perdido profundidad y misterio, se han diluido sus significados.

Pero conservan, allá en el fondo esa característica que quizá sea la última en borrarse. Esa vocación cotidiana y constante para volver allí día tras día.

Una nueva acepción y dos neologismos de urgente consideración (III: Urbanógenos)

Plaza Zabala en Montevideo

El desarrollo de la reflexión en torno a la Teoría del Habitar trae consigo la emergencia de tres ideas que pueden ser candidatas a la dignidad del nombre propio.
La tercera idea es que, frente a la proliferación de acciones arquitectónicas que atentan contra el sano desarrollo de la ciudad contemporánea, acciones que conducen a una urbanización sin ciudad, se impone contraponer eventos que resulten urbanógenos. Esto es, eventos que supongan gérmenes de futura ciudad que revitalicen el territorio habitado.
Toda vez que la ciudad efectivamente es un proceso histórico, la ocurrencia virtuosa de urbanógenos es esencial a su vitalidad y supervivencia. Ante tantos y tan repetidos eventos que cristalizan un diseño aniturbano, la promoción de urbanógenos es una operación necesaria y urgente. De esta manera se opone al diseño arquitectónico el proyecto urbano. La disposición afortunada de urbanógenos es la medida de la esperanza que la ciudad contemporánea sobrevivirá a sus arquitectos, urbanistas y promotores inmobiliarios.

La opción por los urbanógenos es una iniciativa por la propia vida de las ciudades, que, tarde o temprano, deberán descubrir los modos de volverse más habitables con adecuación, dignidad y decoro.

Contra la ciudad adjetivada (XXVI) Ciudad dispersa

Tránsitos que despedazan la ciudad

En los documentos oficiales de HABITAT existen infinitos “conceptos” de: ciudad sustentable, ciudad segura, ciudad inteligente, ciudad resiliente, ciudad humana, ciudad democrática, ciudad amigable, ciudad competitiva, ciudad autónoma, ciudad innovadora, ciudad creativa, ciudad del conocimiento, ciudad de la palabra, ciudad dormitorio, ciudad universitaria, ciudad de las artes, ciudad emergente, ciudad equitativa, ciudad inclusiva, ciudad histórica, ciudad de oportunidades, ciudad sostenible, ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad patrimonial, ciudad de todos, ciudad dispersa, ciudad educadora, ciudad vieja, ciudad verde, ciudad a escala humana...
Fernando Carrión, 20161

Frente a la nostalgia de la ciudad compacta se opone la cruda realidad de la ciudad dispersa.
Nuestras ciudades se desflecan en los territorios, pierden densidad de significados y van agonizando como estructuras complejas y vivas. Quizá esto sólo sea una emergencia constatable de lo que sucede con nuestra sociedad. La complementariedad y la cercanía ceden paso a la competencia y al alejamiento. Cada quien quiere residir en vecindarios “de gente como uno”, distanciado de los diferentes, que adoptan cada vez más un cariz hostil. Huimos prestos de nuestros lugares de trabajo para recorrer lo más rápido posible la necesaria distancia que nos divorcie el tiempo social productivo del ámbito doméstico. Las cosas y las personas se nos alejan y sólo nos queda el consuelo equívoco de contactar parapetados tras las pantallas.
La ciudad dispersa conduce a una novedosa forma de barbarie.

1 Artículo completo en
http://elpais.com/elpais/2016/11/10/seres_urbanos/1478767051_442355.html

Emociones en patrones de habitar (IX: Redes)

Dirk van Delen (- 1671) Conversación afuera del palacio (1636)

Por fortuna, no habitamos confinados en esferas espaciales, sino que habitamos redes de intercomunicación generalizada.
La novedad de nuestro tiempo parece ser que hemos potenciado este hecho mediante las tecnologías de la información. En realidad, hemos sustituido contactos directos e interpelaciones cara a cara por mensajes cada vez más intermediados por el artificio. De esta manera el mundo se nos vuelve, a la vez, más pequeño y más remoto.
Es siempre una sorpresa renovada hacer contacto y puede ser alegre el vértigo de conseguir conexiones, enlaces, asociaciones inesperadas con todo aquello que hemos considerado lejano hasta ahora.

Y sin embargo, las personas están cada vez más lejos y se escribe de ellas cada vez más: las redes se extienden y nuestra esfera efectivamente vivida en cuerpo presente se reduce un día sí y otro también. Vivimos cada vez más en los mapas y menos en los territorios y esto tiene un punto de cierta tristeza.

Artículo muy recomendable

Véase

http://manueldelgadoruiz.blogspot.com/2016/11/por-un-barrio-digno-fuera-gentuza-del.html


Viejas cuestiones (XLI): ¿Acaso es razonable todo esto?


¿Describir, comprender y explicar la forma del habitar es una consigna razonable para una empresa teórica necesaria?

Hay días que uno cree que puede contestar afirmativamente a esta cuestión.

Otros no. Supongo que es sano contar siempre con algo de incertidumbre. Dudar quizá sea sano. Lo que no puede suceder es abandonar una empresa en tanto haya una muy débil y lejana señal de esperanza al fin del camino.

Reescrituras (XXXIX): Mitos y pensamiento

Amélie Beaury-Saurel (1848- 1924) En las nubes (1894)

En principio, parece natural oponer mitos y pensamiento (mythos, logos). Pero cuando imaginamos, cuando erramos en el ensueño, las cosas se desdibujan en el humo.

* * *

Un primer elemento que ha de tenerse en cuenta en este plano es el paso de la tradición oral a diversos tipos de literatura escrita. Esta transformación ha repercutido con tanta fuerza en el estatuto del mito en Grecia que para muchos mitólogos contemporáneos el problema consiste en saber si unos mismos métodos de interpretación pueden ser válidos para un corpus de relatos orales como aquellas sobre los que trabajan los etnólogos y para los textos escritos de los que se ocupan los helenistas: se ha llegado incluso a plantear si se tiene derecho a colocar las dos clases de documentos en una misma categoría.
Pierre Vernant

Hay una transición que no debería soslayarse entre el discurrir de la pura imaginación, que precede necesariamente a un teorizar que se vuelca desde una operación que tiene, en la actualidad, un ineludible compromiso con la escritura.
Y bien pudiera ser que, antes que un aparato coherente de razones pueda registrar un conocimiento claro y distinto, el pensamiento navegue, a tientas, movido por las corrientes del ensueño, de la conjetura, de la entrevisión.

Para ello, bueno sería considerar el mito como tal: como un preanuncio, una epifanía de lo lejano y vagaroso aún.

Una nueva acepción y dos neologismos de urgente consideración (II: Colpoprácticas)

Poul Simon Christiansen (1855- 1933) Interior con máquina de coser (s/f)

El desarrollo de la reflexión en torno a la Teoría del Habitar trae consigo la emergencia de tres ideas que pueden ser candidatas a la dignidad del nombre propio.
La segunda idea proviene de reconocer el estatuto peculiar que tiene el adentrarse el cuerpo del habitante en un cierto ámbito. Se parte de reconocer una dimensión humana propia de los interiores, a la que aquí, siguiendo a Peter Sloterdijk, llamamos profundidad histerotópica. Por tal se entiende la dimensión propia y diferencial de las cavidades (histeros, kolpos)
Las colpoprácticas son las acciones y circunstancias que desempeña el cuerpo en su conquista existencial de su poblamiento en los interiores. Porque adentrarse, en verdad, es mucho más complejo que el mero irrumpir.

Si se observa con el debido detenimiento, las colpoprácticas son operaciones arquitectónicas —nuestro cuerpo confiere forma habitable al espacio y al tiempo— que llevamos a cabo con tanto empeño existencial así como con una ligera distracción.

Contra la ciudad adjetivada (XXV) Ciudad de todos

Asentamiento irregular e infraviviendas en Montevideo

En los documentos oficiales de HABITAT existen infinitos “conceptos” de: ciudad sustentable, ciudad segura, ciudad inteligente, ciudad resiliente, ciudad humana, ciudad democrática, ciudad amigable, ciudad competitiva, ciudad autónoma, ciudad innovadora, ciudad creativa, ciudad del conocimiento, ciudad de la palabra, ciudad dormitorio, ciudad universitaria, ciudad de las artes, ciudad emergente, ciudad equitativa, ciudad inclusiva, ciudad histórica, ciudad de oportunidades, ciudad sostenible, ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad patrimonial, ciudad de todos, ciudad dispersa, ciudad educadora, ciudad vieja, ciudad verde, ciudad a escala humana...
Fernando Carrión, 20161

La locución que analizamos hoy muestra una vaciedad tras sus aparentes buenas intenciones.
Las ciudades son siempre de todos. El problema es que a muchos se les coarta el derecho de legítima y genuina propiedad. El problema recíproco es que sólo a algunos se les reserva una abusiva propiedad que priva a los más del disfrute de sus derechos. Pero es en la ciudad apenas una región particular de la vida social en donde estos fenómenos de deprivación se manifiestan.
Sólo una sociedad radicalmente inclusiva y democrática puede ofrecer devolver la ciudad a la totalidad de sus habitantes.

1 Artículo completo en

Emociones en patrones de habitar (VIII: Pasajes)

Passage des Princes (Paris)

En su magnífico cuento titulado El otro cielo, Julio Cortázar ha explotado al límite las emociones suscitadas por los pasajes.
Como los umbrales y los cruces, llevan consigo un componente de intriga. Un pasaje constituye un marco especialmente destinado al homenaje y sobresignificación de la marcha y, a la vez, de un paso o atravesamiento que siempre tendrá un especial significado. Quizá por ello es que los centros comerciales, ya desde el siglo XIX, adoptan esta disposición.

La sorpresa adopta aquí un tono de maravilla.

Viejas cuestiones (XL): Habitar y alojamiento

Piero Marussig Figuras en el balcón (1921)

¿Cuál es la razón de reducir el habitar al simple alojamiento?

La operación de reducir el habitar al alojamiento resulta de la trasformación de una finalidad compleja en una función relativamente simple.
Tal reducción no es para nada inocente en el aspecto ideológico. El habitar implica un problema social complejo, de resolución ardua y de ancho y profundo sentido humano. El alojamiento, en cambio, constituye una demanda socioeconómica relativamente sencilla a la que se responde con un satisfactor, que en nuestra cultura configura una vivienda como mercancía.

Así opera la ideología dominante: sustituyendo ricas complejidades humanas por ilusorias representaciones a título de puros fetiches. Así nos va

Reescrituras (XXXVIII): Bajo el imperio del deseo

Franciszek Żmurko (1859- 1910) A la orden del Padishah (1881)

La mejor de las arquitecturas es la que portamos en los enigmas del deseo. ¿Hay un lugar mejor iluminado, donde mejor reverbere la música de la respiración, donde se aspiren las mejores fragancias y donde proliferen las más tersas texturas?

* * *
Por estas razones es preciso navegar en los sueños.

Porque en tras ellos está el motor de la condición humana y porque es el deseo el más genuino origen de nuestro accionar en lo que atañe al proyecto de nuestra existencia. No se trata de convocar a los fantasmas, a los espantajos de la sinrazón o  a las ilusiones: se trata de descubrir la mecánica profunda que les mueve los hilos. Porque en la vigilia sólo obedecemos al plan secreto que se ha urdido cuando el cuerpo se rinde al reposo y la mente se agita.