Una
de las joyas del productivismo arquitectónico es la concepción de existenzminimum.
Hay
que ensañarse con una figura humana reducida a
operador-de-una-máquina-de-habitar, constreñirle espacio y tiempo sin impedirle
del todo respirar, reducir la cuestión a una racionalización despótica de lo necesario. A cosas así se les ha
caracterizado como racionalismo arquitectónico.
Qué
vejámenes no perpetraremos recurriendo a una razón ajena a la propia del sujeto
paciente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario