Andrew Wyeth (1917- 2009) Alimento de primavera (1967)
Hay que cultivar con empeño una sensibilidad especial para
apreciar la belleza de la austeridad. La pobreza no debe resignarse a lo no
bello. Es feo lo empobrecido, no así
lo pobre.
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Es comprensible
el embobamiento extático que produce el boato, el derroche de riquezas, los
brillos de lo opulento, los oropeles y el prestigio que confiere la fortuna de
prolongada data.
Pero
debe atenderse al hecho que hay también sutiles espíritus estetas que saben
apreciar una cierta belleza que proviene de las muestras austeras de la vida
humilde, allí donde el uso y el trabajo cotidiano pulen las formas hasta
depurarlas. Hay una virtud allí donde nada sobra, donde cada cosa se reduce a
su condición esencial, en donde cada útil se ahueca para recibir el gesto
corporal preciso y quizá fatal.
Hay
que cultivar con mucho empeño una sensibilidad adecuada al bello objeto pobre.
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