Thomas Wijck
(1616- 1677) Lavanderas en un patio
(1650)
A los
edificios muy altos se les denomina rascacielos. Y está bien, porque rasguñan en
el skyline. Como si al cielo algo le resultara peculiarmente urticante.
Por
el contrario, un patio bien concebido es un atrapa-cielo.
Se apodera con cuidado de la porción de firmamento que le corresponde con toda
legitimidad y lo deja aquí, casi al alcance de la mano.
Es
difícil sustraerse a la esencial serenidad de contar con un cielo apropiado y
quizá propicio, donde tanto el sol como las lluvias son bienvenidas. Hay que
prestar oídos a las peculiares reverberaciones del canto de las aves y del
murmullo de las fuentes.
Un
patio es una hondura cósmica que se deja habitar con un sosiego distintivo.
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