La consideración inicial de la arquitectura de las
moradas del cuerpo supone imponerle al diseño arquitectónico una atención
privilegiada al cuerpo del habitante en tres aspectos cruciales para este
diseño: dimensión, proporción y composición.
El diseño y la composición arquitectónica partirían
entonces de la arquitectura fundamental de estos patrones. Cumpliría de este
modo con la consigna de proyectar desde el hombre hacia su circunstancia.
También cumpliría la arquitectura con la misión mencionada por Umberto Eco en La estructura ausente: se la podría
considerar, con plena justicia, como un verdadero humanismo práctico.
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