Una teoría arquitectónica del habitar debe afrontar un
arduo desafío: abordar mediante un asedio científico riguroso el estudio de las
prácticas de concepción del habitar, urdidas con materiales a veces
inconscientes, que se manifiestan en diversos estilos de vida.
Es necesario un análisis profundo de los constructos
simbólicos en torno al habitar y también en las representaciones fantasmáticas.
¿Cómo queremos habitar?
¿Cuáles son los valores efectivamente puestos en juego
por las formas profundas y genuinas del deseo?
¿Qué significa, tanto en la vida real como en la vida
soñada, habitar?
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