Según
la Real Academia Española, la arquitectura es el arte de proyectar y construir edificios.
En
realidad, la arquitectura tendría una misión mucho más compleja y profunda: constituir, de un modo específicamente
humano, lugares, más que edificios.
Constituir es mucho más que proyectar y construir. Constituir lugares es, en
verdad, construir una relación existencial entre personas y sitios. Si la
arquitectura se reduce al proyecto y construcción de edificios, la arquitectura
sólo se entiende como una profesión y oficio especializados en la producción de
un género de artefactos. Pero la arquitectura, entendida en su condición
humana, es mucho más que una profesión y oficio que produce cosas.
Ya se ha dicho antes, el
producto arquitectónico no es una cosa; es la producción de un vínculo entre
las personas y los sitios acondicionados para su habitar.
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