Cuando
resultó inaceptable para el decoro que las distintas habitaciones de una casa
se conectaran entre sí y en sucesión, fue necesario disponer los tránsitos en
ámbitos ad hoc.
Como
resultado, los corredores son habitados furtivamente. Detenerse en un corredor siempre es anómalo. Quienes permanecen en
ellos están, en principio, excluidos de las estancias y por ello, en posición
vulnerada.
Mientras
que en los palacios los ámbitos de circulación están especialmente tratados,
con lo que promueven el tránsito ceremonioso, en los apartamentos modernos son
apenas estrechos pasillos concebidos meramente para desplazarse de un punto a
otro.
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