Desde la casa, el hombre se asoma al mundo. La
casa es el origen de cada viaje: de todos los viajes. La casa es, pues, ese
invento humano al que uno vuelve, como un Ulises a su Ítaca, como un toxicómano
reincidente. O como un sonámbulo. Esto se debe a que en la estructura mítica de
la casa se encierra el mito de volver a ella. Hasta el punto que se podría
definir la casa como aquello a lo que volvemos bajo la implícita promesa de la
protección.
Sin la casa no hay ni viaje ni viajero posible.
Santiago
de Molina, 2015
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