Podemos
medir los edificios con diversas unidades de medida.
Por
ejemplo, podemos medir a los edificios comparándolos con uno, que sirva de
parangón. De esta forma, en la arquitectura clásica griega todos los templos se
miden, en cierta forma con el Partenón ateniense. También podemos medir los
altos edificios corporativos entre sí, contemplando la tosca carrera hacia la
mayor altura relativa.
Pero
para medir la arquitectura (y no los edificios) necesitamos medirlos con la
cadencia de nuestros pasos o el ritmo respiratorio o aún la secuencia cardíaca.
Siempre la mediremos, ineludiblemente, con nuestro propio cuerpo cabe el
espacio y el tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario