Camille
Pisarro (1830- 1903) Rouen, Calle de la
Épicerie (1898)
A la
ciudad la está hiriendo de muerte la simplificación de las operaciones
inmobiliarias, la segregación socioespacial y el abuso del principio de un-lugar-para-cada-cosa.
La
vida urbana demanda variedad. Esto significa una proliferación de diversas
morfologías, pero también el contrapunto de diferentes tipos edificatorios.
También significa complejidad en forma de hibridaciones, yuxtaposiciones,
complementaciones y contrastes. También significa reunir y avecinar
instalaciones residenciales con comercios, instituciones, plazas y parques.
La
propuesta de variedad, heterogeneidad y pluralidad de usos es, en sí, un
urbanógeno.
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