Édouard Boubat
(1923-1999)
La
virtud acústica de las buenas alcobas estriba en su relativa sordera.
A
través de las ventanas abiertas, la vida bulle estrepitosa, sí, pero las
intrusiones del afuera se apagan en los cortinados, en las colchas, en las
almohadas, en los sueños. Las membranas interiores de las alcobas oscurecen los
bullicios, aterciopelan las palabras, atardecen los rumores.
En la
penumbra virtuosa de las alcobas, es bueno prestar oídos al suave murmullo de
las durmientes, que yacen a sus anchas.
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