Gunnar
Smoliansky (1933- )
Es
conveniente prestar una peculiar atención a las texturas en arquitectura.
No es
sólo ni apenas un asunto de piel, sino de un sentido del tacto propio de las
arquitecturas del habitar, estructuras sensibles que siempre andan rozando las
arquitecturas sabiamente ríspidas. Son las burbujas pericorporales las que
tantean en los pormenores superficiales de las construcciones materiales. Son
las envolventes sutiles del cuerpo las que van a dar, con leves roces, con los
muros, a veces hasta con los cielorrasos, siempre con los pisos.
En
arquitectura, las texturas demandan una peculiar atención, más allá de las
solicitaciones puramente visuales que parecen demandarnos de forma abrumadora.
Es preciso sentir las arquitecturas en formas complementarias a los
encantamientos de la pura luz, para considerar estos delicados tactos.
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