Lewis Hine
(1874-1940)
La
ideología dominante distancia la buena vida del trabajo.
De este
modo, la buena vida es vista como una aliviada holganza en todo ignorante de
las miserias y aflicciones presuntamente propias del trabajo. Sin embargo, el
trabajo es aquello que nos realiza como seres sociales con lo que tenemos una
paradoja invisibilizada a los ojos del sentido común. Es imperioso reconsiderar
la cuestión a costa de una doble operación, que comprende tanto la
revalorización del trabajo como de una tan buena como laboriosa vida. No se
necesita ser muy avispado para llegar a sospechar que es el trabajo alienado el
que resulta un antagonista activo de la buena vida, con lo que se puede pensar
que el problema radica no ya en su carácter de labor, sino en su condición
alienada. Se sigue de ello que lo que corresponde es, ni más ni menos, reapropiarse uno su trabajo.
Se dice
fácil. Lo arduo es la consecución de las condiciones sociales para que los
trabajadores nos reapropiemos de nuestro trabajo y vivamos entonces una buena y
esforzada vida.
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