Un
amparo, en general y a los efectos de la Teoría del Habitar, es todo aquel
elemento que articula los lugares distinguiendo Uno y Otro Lado.
Un
simple muro es un amparo, ya que suele diferenciar el lado de la sombra y el
lado asoleado, el barlovento del sotavento, en fin, Uno y Otro Lado. Una
cubierta articula el horizonte habitado con el cielo, la sombra y el abrigo con
la insolación y los fenómenos meteorológicos. También un simple hito en una
senda es un amparo, toda vez que separa y une aquende y allende.
He decidido designar
genéricamente estos casos como amparos, ya que el primer cometido en la
actividad habitable es conseguir, al menos y en principio, un amparo con valor
ambiental.
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