Partimos de la tesis que la arquitectura
constituye una reproducción tardía de configuraciones espontáneas de espacio en
el cuerpo grupal. Aunque el hecho humano se base en un efecto invernadero, los
invernaderos primarios antrópicos no poseen, en principio, paredes y tejados
físicos, sino, si se pudiera decir así, sólo paredes de distancia y tejados de
solidaridad.
(Sloterdijk,
2004: 277s)
Aquí
coincidimos con la tesis expuesta: la arquitectura interpreta, reproduce, recrea
ciertas configuraciones de vínculos entre los habitantes y los lugares. El
matiz es que aquí no nos contentamos con el espacio, sino que también
consideramos el tiempo.
Por
otra parte esto de que hay, primero, paredes
de distancia y tejados de solidaridad y luego, la construcción
arquitectónica es magnífico. No sólo es un filósofo; Sloterdijk también es un
poeta. Quién pudiese leerlo en alemán.
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