Andrew Wyeth (1917-
2009) Amor en la tarde (1992)
La
coronación de las aptitudes del cuerpo como estructura estructurante radica en
el potencial productor efectivo de lugares, que obra, en principio, con los
elementos fundamentales: aire, agua, tierra y fuego.
En
efecto, lo primero que produce el cuerpo en el acto constitutivo de poblar un
lugar es asegurar las condiciones indispensables de atmósfera respirable. Toda
arquitectura comienza por una forma conferida al aire y a su circulación. Así,
hálitos, brisas y reparos dan forma a una cualidad vital ineludible de todo
lugar efectivamente habitado.
Mucho
antes que lleguemos a construir con piedra, madera o hierro, hemos construido
no poco con el aire más puro y fresco del que podamos disponer.
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