Lo que sigue es un repaso a los
principios generales que debería seguir un plan urbano que contemple la
dimensión humana. El punto de partida es sencillo: actividades humanas
universales. Las ciudades deben proveer buenas condiciones para que la gente
camine, se pare, se siente, observe, hable y escuche.
Si estas actividades básicas,
que están relacionadas con el sistema sensorial y motor, pueden desarrollarse
en condiciones óptimas, tanto estas como decenas de otras podrán florecer en
diversos entornos humanos. Entre todas las cuestiones a las que un planificador
debe atender, la más importante es prestarle atención a la escala pequeña.
Jan
Gehl, 2010
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