Llegar a viejo (II)


Gilbert Garcin (1929- )

Llegar a la edad añosa es llegar a un punto donde la confianza en la disolución de las aporías cede a una resignada aprensión.
Los problemas filosóficos que valen la pena siguen persistiendo en su ser problemático. Por eso mismo es que valen la pena. Al realismo objetivo del ingenuo que fuimos le sigue un nietzchiano tardío que sólo advierte y reconoce representaciones. Y, no obstante, siguen viéndose por doquier sujetos expectantes y objetos persistentemente sondeados.
Lo que pasa (y lo que pesa) es que uno está ya detrás de todo eso.

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