Tránsitos


Berenice Abbott (1898-1991)

Por allí donde el majestuoso paso de las personas consigue suceder, sobreviene un camino. Y sólo entonces un sitio despejado se vuelve un sendero.
La marcha, en su decisiva sencillez y en su lograda práctica, es la matriz de gestos corporales que preludia la constitución efectiva de sendas, calles y avenidas, de pasajes, corredores y galerías. Sobre las cadencias, esfuerzos y fatigas de la marcha se originan metáforas de la vida, la realización personal y el desarrollo de la vida social. Avanzamos. si bien no siempre podemos realizarlo con una rectilínea y expeditiva contundencia. Nos detenemos a reflexionar y retomar nuestro camino. Optamos por cambiar el rumbo. Volvemos, porque siempre estamos de vuelta a nuestro hogar que nos espera. Es marchando que damos forma arquitectónica vívida a nuestro camino y es de esperar que, en toda circunstancia, nos encuentre en la senda correcta y dirigidos al destino conveniente de ésta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario