Grupo
escultórico “La duda” en Plaza San Martín, Buenos Aires
En los documentos oficiales de
HABITAT existen infinitos “conceptos” de: ciudad sustentable, ciudad segura,
ciudad inteligente, ciudad resiliente, ciudad humana, ciudad democrática,
ciudad amigable, ciudad competitiva, ciudad autónoma, ciudad innovadora, ciudad
creativa, ciudad del conocimiento, ciudad de la palabra, ciudad dormitorio,
ciudad universitaria, ciudad de las artes, ciudad emergente, ciudad equitativa,
ciudad inclusiva, ciudad histórica, ciudad de oportunidades, ciudad sostenible,
ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad patrimonial, ciudad de todos,
ciudad dispersa, ciudad educadora, ciudad vieja, ciudad verde, ciudad a escala
humana...
Fernando
Carrión, 20161
A lo
largo de treinta entregas se ha mostrado —que no demostrado— que el recurso de
la adjetivación se revela como una operación oscurecedora, encubridora y
falsificadora. Las más variopintas ideologías se agazapan detrás de los
adjetivos, hojas de parra de las verdaderas naturalezas tras los enunciados.
Todo
lo que parece emerger luego de este prolongado ejercicio es:
Debe
reconsiderarse con rigor científico el concepto operativo de ciudad.
Sin
más y sin nada menos. Es cierto que constituye una entidad compleja que deja
verse según diversos aspectos. Pero hoy más que nunca es preciso confinar el
hecho en un verdadero concepto.
Porque
de él depende la supervivencia de la propia ciudad. Y la nuestra.
1
Artículo completo en
http://elpais.com/elpais/2016/11/10/seres_urbanos/1478767051_442355.html
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