¿Una arquitectura humanista? (II) Actitud


Villa Bardini, Florencia

Una arquitectura humanista implica una actitud proclive a su desarrollo pleno.
Quizá todo deba partir de una atención, expectante cuanto humilde, ante los pulsos de la vida. Es que antes del arte de diseñar y construir, está la propia vida humana que en su habitar es, a la vez, causa primera y final de cualquier gesta arquitectónica.
Es una cierta arquitectura que deberá, tanto desde el punto de vista ético como político y práctico social, ponerse al servicio de esta habitación humana. No hay, en este sentido, más fasto arquitectónico que la pura y simple alegría de vivir, cabe la posibilidad de ello mediante todos los esfuerzos dirigidos precisa y deliberadamente a esta meta.
En definitiva, una arquitectura cabalmente humanista, más que destacarse como objeto singular en cada emplazamiento señalado, se superpone, punto por punto con todo el paisaje habitado por la humanidad en su conjunto, sin dejar a nadie afuera ni atrás.

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