Jan van Eyck
(1390 – 1441) Virgen del Canciller Rolin
(1435)
La vida
consta de un discontinuo pero pertinaz desplazamiento dirigido siempre hacia el
inalcanzable foco en el horizonte. Por esta causa, la profundidad perspectiva
constituye, quizá, la primera de las dimensiones fundamentales del
cuerpo-en-el-lugar.
Mientras
que el artista flamenco cumple con su contrato al disponer, tal como hubiera
sido pactado, las dos figuras principales de la escena, reserva todo el resto
de la superficie para dar cuenta extasiada de su propia mirada hacia el
horizonte.
Y nos
hace partícipes de ello, enviándonos un mensaje cifrado que demora lo suyo en
llegarnos a la conciencia.
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