Martin Heidegger
La
Teoría del Habitar debe reconocerse deudora de la filosofía de la existencia.
Es en
el marco de tal filosofía que el habitar presenta su carácter propio y
diferencial. Allí es de donde proviene la pregunta constitutiva de la Teoría.
Desde tal punto de partida es posible afrontar los problemas que implica.
Y, sin
embargo, también es necesario señalar su especificidad, tanto como es razonable
reconocer su genealogía. Es que existir comprende situaciones más allá de la
localización pobladora de un lugar. En este sentido, el habitar comprende las condiciones humildes de la existencia,
la cotidianidad concreta, las situaciones corrientes que nos acompasan el día a
día.
De este
modo, así como podemos vislumbrar el mundo sobre el hombro de ciertos gigantes,
también deberemos reconocer la magnitud sencilla de nuestra perspectiva.
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