Notas para una filosofía del habitar (XII) Saber e ideología


Levittown en New Jersey. En

No one who owns his own house and lot can be a Communist. He has too much to do
William Levitt

La lucha por el saber se desarrolla, al menos, en dos frentes.
En el primero de ellos, el saber disputa terreno a la ignorancia. Puede resultar algo desolador estimar cuán poco sabemos efectivamente del habitar y, recíprocamente, apreciar la cuantía abrumadora de todo que ignoramos. Sin embargo, podemos consolarnos —filosóficamente— con la idea que hoy por hoy es clara la necesidad imperiosa de saber. Ya es algo.
El segundo flanco lo constituye la confrontación del saber con aquello que creemos —falazmente— saber. Se trata de la ideología que tomamos hecha de los modos hegemónicos de obrar y pensar. Mercaderes de toda laya nos convencen una y otra vez de la errónea idea de saber qué es lo que deberíamos desear para solucionar nuestras demandas de habitación. La Teoría del Habitar debe empoderar a los habitantes para que sean éstos, emancipados real y simbólicamente, quienes elaboren por sí y ante sí, un saber propio y liberador.
Porque la Teoría del Habitar que preconizamos aquí tiene un compromiso ético con el saber propio y liberador del habitante.

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