Las actividades que dan lugar a las distintas dimensiones corporales del habitar (IV) Asimientos

Emmanuel Smague (1968)

Una vez que los brazos consiguen apartarse, liberados del compromiso locomotor, las manos aprenden una estratégica habilidad de asir.
Con los asimientos, se arrancan de la naturaleza las cosas. Se colectan, se consideran y se coleccionan. Con el perdurable hábito del prendimiento, el mundo que nos rodea es un mundo ahora a la mano, esto es, un concierto de cosas aprehendidas al ambiente. El mundo es vasto, pero allí donde hacemos presencia y población, allí nos rodeamos de enseres, de un orden de chucherías, de cosas hurtadas. El asimiento es el primer gesto que hace de las cosas unos bienes. Una región próxima del mundo se hace con el gesto prensil de las manos. Y quizá la idea de proximidad en sí misma. El mundo circunvecino es aquel en donde proliferan las cosas que ultrajamos con la manipulación.

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