Percibir en la oscuridad del
presente esa luz que trata de alcanzarnos y no puede: eso significa ser
contemporáneos. Por eso los contemporáneos son raros; y por eso ser
contemporáneos es, ante todo, una cuestión de coraje: porque significa ser
capaces, no sólo de mantener la mirada fija en la oscuridad de la época, sino
también de percibir en esa oscuridad una luz que, dirigida hacia nosotros, se
nos aleja infinitamente. Es decir, una vez más: ser puntuales en una cita a la
que sólo es posible faltar.
Agamben,
2009
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