Jean Jacques
Lequeu (1757–1826) Y nosotras también
seremos madres (1794)
Por lo
general, la escasa cuota de certidumbre que nos ilumina el camino se enciende
exigua y paso a paso.
Pero
también hay instancias en que algo resplandece, inquietante y radiante. Son
gloriosas ocasiones de ruptura, en donde emergen las novedades y se desvela
aquello que Gaston Bachelard caracterizara tan acertadamente como aquello que hubiésemos debido pensar. No
se trata todavía de la verdad, sino de algo parecido a ella, un preanuncio, un
signo.
Esperando
momentos así es que vamos tentando en el camino, paso a paso por las penumbras
habituales, con la mirada predispuesta a la irrupción de tales esplendores.
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