La domesticidad tiene que ver
con la familia, la intimidad y una consagración al hogar, así como una
sensación de que la casa incorpora esos sentimientos y no sólo les da refugio.
Rybczynski,
1989
Hemos
naturalizado nuestras ideas sobre lo doméstico.
Pero
en realidad son una morosa construcción histórica que se origina, en lo que
toca a la civilización occidental, en los Países Bajos hacia el siglo XVII. Si
coincidimos con Rybczynski, allí y en ese entonces concurrieron determinadas
circunstancias que dieron lugar a unos modos burgueses que se revelaron
paradigmáticos incluso para nosotros. Por más que en la actualidad, ni la
familia, ni la intimidad ni la consagración al hogar son lo que eran entonces.
Pero
lo que en verdad ha sucedido es que la arquitectura de la casa se ha rarificado
hasta casi no constituir un mezquino refugio a los sueños.
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