“Viviendas de
interés social” en agregados de miles
Semana.com: ¿Se puede promover una ciudad
compacta con megaproyectos de vivienda de interés social?
Jordi
Borja.:
Los sectores populares, de bajos ingresos, son los que más necesitan de la
ciudad. Es una aberración contraria a la lógica, a la justicia y a la cultura
ciudadana promover conjuntos de vivienda social en las periferias sin calidad
de ciudad; en zonas reservadas, sin centralidades propias y sin convivir con
los sectores medios y altos de la sociedad. La mezcla es la razón de ser de la
ciudad, un lugar de gentes libres e iguales. La ciudad debe ser reductora de
las desigualdades.1
En
realidad, los megaproyectos de vivienda de interés social (y también los
mesoproyectos, bueno es decirlo) están desarticulando la trama urbana.
La
trama urbana es, por su propia naturaleza, compleja, diversa y complementaria,
mientras que los grandes conjuntos de vivienda son agregados simples, socialmente
homogéneos, a la vez que impactan agudamente sobre los servicios del área
urbana en donde se implantan.
Allí
donde cabría esperar un tejido estructurado de relaciones sociales, la acción
política social opera concentrando flujos ingentes de demandas agregadas que
operan como externalidades. Allí donde sería preferible la más amplia
diversidad socioeconómica, la opción es clasificar metódica y excluyentemente a
una población de perfiles semejantes. Allí donde sería de desear una estructura
compleja de complementaciones de demandas y servicios, se reúnen en ingentes
contingentes de demandas de momento
insatisfechas.
Los
grandes megaproyectos de vivienda de interés social son uno de los principales
medios de consecución de la contemporánea urbanización dispersa sin ciudad
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