[...]
la tugurización [...] supone ir de más a menos (también
económicamente hablando). Esto implica la desaparición de los grupos
preexistentes (clases medias y altas, por lo general), que abandonan su
espacio, para pasar a ser ocupado por clases sociales pobres e incluso marginales.
Blasco,
2014
Huyen
del antiguo vecindario los pudientes y sus amigos.
Un
día sí y otro también, oscuras presencias van tomando las antiguas casas,
habitación por habitación. En los zaguanes acechan las caras de la pobreza
urbana, que tiene rictus de madre adolescente, de desescolarizado, de turbio
traficante, de variadas carnes de presidio.
Pero
no se preocupen, ciudadanos bienpensantes. Cuiden sus bolsillos y sepan que hay
quienes esperan, pacientes, que los valores inmobiliarios sigan su caída ineluctable
hacia el mágico punto que otorgará la necesaria rentabilidad a un negocio que
hoy no lo vislumbra cualquiera.
Salvo
Ellos, los otros.
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