La utilidad se logra mediante
la correcta disposición de las partes de un edificio de modo que no ocasionen
ningún obstáculo, junto con una apropiada distribución - según sus propias
características- orientadas del modo más conveniente.
Vitruvio,
I. 3.2
Para
el arquitecto romano, toda la atención se centraba en el muro, la columna, el
elemento tectónico, pleno de sentido de artefacto.
La
utilidad provenía del intervalo despejado entre los elementos tectónicos. El
quid de la construcción es liberar los ámbitos de obstáculos. Se trataba de
liberar vacíos relativos entre llenos primorosamente desbastados.
Todavía
hay quienes razonan de tal modo, oponiendo espacios llenos a espacios vacíos. Y
alojan la utilidad, el uso y las personas en el vacío espacial arquitectónico.
Y sin
embargo, cabe pensar exactamente al revés.
Concebir
los henchidos lugares habitados, abiertos y plenos de vida, mientras que en los
intersticios se alojan, serviciales, los elementos arquitectónicos sometidos no
ya meramente a la norma tectónica, sino a las leyes supremas del ritual de la
vida.
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