Alexander
Roslin (1718- 1793) El arquitecto
Jean-Rodolphe Perronet y su esposa (1759)
La
arquitectura es más asunto de los pulsos de la vida, que de las astucias
equívocas del ingenio.
Es
preciso desplazar la mirada atenta de los artefactos hacia las complejas
implementaciones que realizan los habitantes. Porque allí tiene asiento el quid
de la arquitectura. En la vida palpitante de las personas, en la vivencia del
confort, en el establecimiento de hábitos, en la sujeción a las reglas
autoinfligidas del vivir como es preciso hacerlo.
Toda
la arquitectura de un edificio se funda en el gesto leve que adopta su poblador
al conferirle sentido y significado.
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