La
conocida sentencia de Protágoras alimenta un ancho cauce problemático.
El hombre es medida de todas las cosas,
es cierto. Pero se agrega a esto que es quien
mide (y no siempre con un patrón extraño, sino con gestos propios) y
también es quien valora y confiere
significado a la medida y a la medición.
Con todo este cauce problemática se las
tiene que haber la arquitectura.
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