Habitar el cielo


Richard Baxter

Hay una alegría esencial de la existencia en la habitación del cielo.
Son tres los constituyentes fundamentales de todo paisaje: la tierra, el horizonte y el cielo. Este último contiene todo lo presente inasible del mundo, la región alta, enigmática y sagrada, el más allá poblado de signos. Del cielo proviene la condición marco ambiental de nuestra existencia, el tono general que ilumina las cosas de la tierra y el fondo perceptivo de los confines del lugar.
Situarnos como presencias plenas bajo la bóveda animada del cielo es una experiencia estética de la que no podemos privarnos bajo ninguna circunstancia. Porque es allí que aunamos nuestro mundo con el universo. Ni más ni menos.


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