¡Luz, más luz!


Andrea Frazzetta

Mediante el gesto de arrojar luz se construye también el lugar habitado.
La articulación del lugar mediante la línea que separa la penumbra de la luz es un recurso mediante el cual se modula una de las más importantes dimensiones de la estructura fundamental del lugar. La luz revela la emergencia de ciertas figuras significativas de lo propio habitado, mientras que las penumbras delimitan los ámbitos, arrojando a las distancias de las sombras todo aquello que, en ciertas circunstancias, no es del caso tener presentes. La luz separa planos existenciales, enfatiza las jerarquías y su proyección diferencial modula la escala humana de los ámbitos.
La consigna postrera de Goethe no debe ser entendida como el mero abuso cuantitativo de la iluminación, sino como una reivindicación del valor inteligente de su implementación.

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