Laura Theresa
Alma-Tadema (1852 –1909) En la entrada
(1898)
En
este sitio denominamos colpoprácticas
(del griego kolpos, cavidad) a los
adentramientos que realiza el cuerpo en las oquedades en donde consigue, con su
presencia y población, hacerse lugar.
La
habituación y el olvido de nuestra más íntima condición nos vuelve invisible la
complejidad de operaciones que implica ser, concretamente, arquitectos de la
dimensión interior de las habitaciones. Sin embargo, es el cuerpo y su
adentramiento el protagonista eficaz de una arquitectura efectivamente vivida.
Todos los sabios, correctos y magníficos juegos arquitectónicos que se despliegan
en su recorrida son hilvanados y significados por el cuerpo palpitante,
explorador y circunspecto.
Cuando
la actitud deja, por hábito e inercia, de ser palpitante, exploradora y
circunspecta, simplemente, nos abandonamos a residir allí, pensando en otras
cosas.
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