Hay maneras muy diferentes de
pensar tanto la evolución histórica como los actuales modos de estar. Una de
las posibles, que aquí desarrollaremos, atiende a la manera de entender el
espacio y a los modos de vincularse esos diferentes espacios con las también
variadas formas de saber y de poder. En el extremo, y sin duda simplificando en
exceso, podrían reducirse a dos tipos ideales, en el sentido weberiano: los lugares
y el espacio. Como veremos, no es casual que los primeros se digan en plural y
el segundo en singular. Ejemplos de lugares pueden ser la aldea campesina y su
entorno (o la tópica polis griega), el lugar habitual de reunión de la pandilla
de amigos o un sitio donde se chatea en internet. Como modos de espacio, aquí
nos centraremos en los tres mencionados en el título: el aula escolar, el
laboratorio científico y el despacho del burócrata. Veamos algunos de los
rasgos diferenciales entre los unos y el otro.
En los lugares todo se
entrelaza íntimamente; son ellos los que constituyen y dan significado a lo que
en ellos se aloja, de modo que algo o alguien, trasladado a otro lugar, ya no
es eso mismo sino otra cosa: la cosa o persona no está en el lugar, es del
lugar. El lugar y los lugareños se hacen entre sí. Los lugares son heterogéneos
y se mantienen notablemente inconexos los unos de los otros. Cada uno se
caracteriza por cualidades y significados que le son propios, y que le hacen
fundamentalmente diferente de otros lugares. Entre lugares, trasladarse es un
poco deshacerse; traducirse, perder significado.
En el otro extremo tenemos el
espacio propiamente dicho, cuyo paradigma puede ser el espacio coordenado
cartesiano. Espacio homogéneo, constituido por puntos indiscernibles entre sí
salvo por la posición que ocupan respecto a los ejes de coordenadas. Espacio
dotado de las mismas propiedades en cualesquiera de sus regiones. Espacio
isótropo, en el que las cosas y personas pueden situarse o desplazarse sin ver
en nada alterados su constitución ni su significado. En el espacio, el lugar es
insignificante: ni importa ni está dotado de significado. La facilidad de
traslación o deslizamiento es también facilidad de traducción o deslizamiento
de significados. En resumen, el lugar es in-tenso, alberga la tensión y complejidad
propias de la vida; el espacio es ex-tenso, expulsa la tensión y la
complejidad, arrasa las singularidades: plano, el espacio, todo lo aplana, nada
cabe en él que no esté plan-ificado.
Emmanuel
Lizcano, 2006
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