Bert Teunissen
(1959- )
Así
como hacemos frente, en el horizonte, hacia lo que vendrá, recíprocamente damos
la espalda al punto opuesto, aquel tras el cual se abre la sima tanathotópica.
Este es
el abismo hacia donde arrojamos la vida ya vivida. Allí acumulamos trastos,
memorias y olvidos. Mientras tanto, nos persigue la certeza de que algún día
acabará alcanzándonos.
La
dimensión tanathotópica es, con mucho, la dimensión más ominosa del habitar y
también la más persistente en las inercias de la habituación. Su principal
manifestación es la acumulación tanto de objetos como sus asociaciones
significativas.
Nuestros
trastos hablan y hablarán por nosotros aun cuando ya no podamos hacerlo de viva
voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario