Ara Güler (1928-
)
Una vez
que los brazos se liberan del compromiso locomotor, el primer gesto resultante
es abrirlos en toda tu libérrima envergadura.
Desde
ese entonces, la alegría, la euforia y el triunfo se celebran abriendo los
brazos. Y una vez abiertos, alojarán dentro suyo aquello que constituye el acto
amoroso fundamental, el abrazo del amigo, del pariente, del amante.
Los felices
brazos abiertos inauguran la expansión del ánimo y la celebración de la tercera
dimensión espacial: la amplitud.
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