Frank Herfort
(s/d)
Los
urbanitas no nos merecemos estas penosas urbanizaciones sin ciudad.
Más
temprano que tarde, las ciudades deberán rebrotar. Y para esto, deberán
sembrarse urbanógenos, esto es, gérmenes de futura ciudad promovidos por la más
amplia iniciativa social y bajo el cuidado amparador de los urbanitas,
asistidos por los sueños y el deseo profundo de una nueva vida.
Precisamente
allí donde la codicia vaya dejando el tendal material, formal y simbólico a su
paso, allí irán las muchachas de miradas hondas y vientres hospitalarios para
señalarnos el modo concreto en que la ciudad del futuro volverá a ser
plenamente vivible por sus legítimos poseedores, los urbanitas.
Quizá
no llegue yo a verlo, pero tiene que
ser posible.
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