Sergey
Maximishin (1964- )
La
condición de habitante urbanita implica un considerable gasto energético.
Nos
estamos cociendo en una gigantesca hoguera que afrenta el aire con sus humos. Los
urbanitas desarrollamos un estilo de vida que tiende a agotar nuestros recursos
energéticos finitos. Expoliamos el fuego a la vez que sobrecalentamos la morada
común. La lucha por algo que quemar vuelve más hostiles a los lobos del hombre.
¿En qué
dirección dirigir nuestros ruegos, imprecaciones y expectaciones para cambiar
el rumbo antes del desastre definitivo?
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