Claudia Wycisk
(1985- )
Por
donde anda la vida, circula el agua.
Los
urbanitas no tratamos este elemento como se merece. Explotamos con rapacidad
las fuentes, desperdiciamos su suministro, insignificamos su valor material y
simbólico, y la vertemos, sucia, a los mismos lugares desde donde la extraemos,
que es este planeta que nos va quedando cada vez más chico. Los urbanitas no
deberíamos olvidar que se trata de un recurso a veces limitado, que algún día
constituirá un delito ambiental penado su mal uso y quizá sólo la
justipreciemos cuando escasee de modo crítico. Los urbanitas deberíamos volver
a homenajearla en fuentes públicas que enseñen a los niños de mañana de qué se
trata este elemento.
No
deberíamos condenar el agua siempre a las ocultas cañerías: deberíamos, en
cambio, formar con estanques unos espejos para podernos reconocernos allí.
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