Boudoir

Lucius Rossi (1846- 1913) En el boudoir (1869)


Un lugar para retirarse y llenar de identidad decididamente femenina. Así como los términos cámara o alcoba señalan con mayor especificidad los ámbitos de recogimiento íntimo propios del sujeto o de la pareja conyugal, el vocablo boudoir señala con precisión el lugar propio de la mujer para estar consigo misma, en la compañía ronroneante del gato.

6 comentarios:

  1. Si dejamos de lado cuando las familias convivían bajo el mismo techo con sus animales de sostén, los animales primero llamados domésticos, y después de compañía, han sufrido un importante deterioro en su dignidad de individuo vivo al pasar a ser considerados y rebajados por los humanos a la condición de mascotas. ¿Mascotas? Según la RAE, en su primera acepción, una mascota “es una persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte….”. Las Academias de las Lenguas modifican o añaden acepciones en función del uso y profusión popular de los términos. Con esa acepción de la Real Academia Española he quedado totalmente perplejo al leer que a una persona se la pueda llegar a considerar como mascota y, por tanto, como talismán.

    Lo grave del asunto, además del motivo de mi perplejidad, no es que los animales domésticos puedan llegar a ser estimados también como mascotas, sino que hoy en día “solamente” lo son en este sentido, al menos en el primer mundo. Precisamente en nuestros días, cuando perros y gatos ya son admitidos como miembros de pleno derecho de las familias, y por consiguiente habitantes de pleno derecho también de los lugares que los alojan. Y por cierto, seres expertos en el habitar insospechado o incluso clandestino, ellos saben de rincones, huecos, cortinajes, escondrijos y zonas caldeadas mucho más y mejor que nosotros.

    Tiene miga esta pintura, miga erótica, al introducir a un ser vivo en la intimidad del budoir, un ser vivo animal tan sensual como un gato, ¡un gato negro! en este caso sí, un auténtico talismán.

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    1. Excelentes sus comentarios, tal como es habitual. Cuando decidí incluir este cuadro, tenía en mente sólo el género del espacio, en este caso femenino, y la exactitud de la palabra boudoir para designarlo. ¡No es el mero dormitorio de la muchacha! El gato sólo aparecía como un detalle "pintoresco". Pero usted revela muchas cosas en su comentario. Muchas gracias

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  2. Pero este gato, al igual que el gato del famoso retrato de Olimpia de Manet, está mirando al espectador, encrespado y con la típica actitud gatuna de encorvar el lomo en señal de desagrado y defensa. ¿Qué defiende?, ¿su status?

    Sin duda alguien ha entrado en el recinto sagrado de la señora, su dueña, alguien que no es de su gusto porque, seguramente, no conoce, ¿quién puede ser?, ¿el cartero que siempre llama dos veces?

    Mascotas, talismanes, dueños y esclavos, relaciones de poder que la arquitectura, en su exterior e interior, refleja a la perfección.

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    1. Muchas gracias por las derivas jugosas de sus observaciones. Ha introducido al pintor en el cuadro, cosa que no he percibido antes.

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  3. Dicen que es de sabios rectificar. Y animado por este principio rectifico sin problema mi manifestada perplejidad porque no he tenido en cuenta una realidad seguramente en desuso en nuestros días, pero aplicada antaño, en algunos casos incluso como costumbre, y es el del joven o, sobre todo, niño mascota, En especial en comunidades obligadas a cohabitar en gran número y poco espacio, y encargadas de tareas en las que se necesita muy buena suerte y poner el cariño en alguien merecedor, como puede ser un cuartel o un navío. Los que no lo hemos vivido, lo hemos leído o visto en el cine o teatro, y hemos percibido el halago o el sufrir de tal personaje entrañable, casi siempre sustituto del afecto familiar alejado o, excepcionalmente, chivo expiatorio del infortunio.

    A cuenta de ello, se me ocurren otros lugares del habitar, lugares comunitarios como un cuartel, un barracón o un convento, o edificios de relumbre con todo el séquito como era un palacio o es una sede gubernamental. O espacios alejados de la arquitectura pero igualmente pensados también para el convivir obligado, prolongado y con poca o nula privacidad, como una nave comercial o militar. O un submarino.

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  4. Sobre los humanos-mascota, recuerdo La fille du régiment de Donizetti. Sobre los lugares comunitarios, he comentado antes algo, pero lo ampliaré tanto como me lo permitan las pinturas que encuentre. Gracias por sus palabras.

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