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El tipo de ciudad que podríamos querer (V) Valores estéticos



La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey

¿Por qué no pensar que el tipo de ciudad que podríamos querer solicitaría nuestros sentidos y sensibilidad de un modo diferente?
Dicho de otra manera: la ciudad que podríamos soñar quizá demande de una nueva mirada, una nueva forma de escuchar, de palpar, de moverse. Quizá demande una perspectiva de inmersión, en vez de la contemplación distante a la que estamos acostumbrados. Quizá exija una revisión radical de valores estéticos.
La ciudad que podríamos querer puede suscitar un calmado y gozoso estupor.

El tipo de ciudad que podríamos querer (IV) Tecnologías



La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey

En nuestras ciudades se suele cultivar una ingenua esperanza que ante cada problema en ella encontrará, tarde o temprano, una solución ingeniosa, smart, que conseguirá que vivamos todos necesariamente mejor.
Sin embargo, la cruda realidad es que nuestras ciudades devienen cada vez más invivibles. Porque no hay ciudades smart sin justicia social y política. Y no hay tecnologías que solucionen esto.
Por ello, deben ser desarrolladas nuevas y humildes tecnologías a partir de una base necesariamente utópica, precisamente porque la “realidad” y la resignación a ella nos lleva al desastre.

El tipo de ciudad que podríamos querer (III) Estilos de vida



La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey

Vivimos en ciudades según unos estilos de vida en los que hemos caído resignados.
Y no tiene que ser así. Debemos forjarnos estilos de vida soñados, deseados... y actuar en consecuencia. Sin caer en las trampas del mero voluntarismo, debemos elaborar desde el fondo de nuestras conciencias unos estilos de vida que obren como motores de transformaciones profundas en las ciudades que poblamos.
Es hora de soñar con realidades y de echarlas a volar.

El tipo de ciudad que podríamos querer (II) Sociedad, economía y ambiente



La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey

Las ciudades en que vivimos en la actualidad son insostenibles en los aspectos sociales, económicos y ambientales.
Planteado de un modo sencillo y franco: es necesario superar la prehistoria social en lo que toca a estos asuntos. Es forzoso poner el pensamiento antes de los meros hechos. Y el pensamiento, en este contexto, reclama conocimiento positivo, contenidos éticos y renovados modos de producción y reproducción urbanas.
Ya no es posible explotar extractivamente la naturaleza; ahora se impone su cultivo inteligente y sustentable. De otro modo terminaremos en un desierto repleto de basura. Por ello, es necesario forjar una nueva conciencia social y ponerla al frente de una acción renovadora.
El tipo de ciudad que podríamos querer debería devenir en un lugar cada vez más habitable, justo en sentido contrario a como actualmente se desarrolla.

El tipo de ciudad que podríamos querer (I) Política y sociedad


Robert Owen. Propuesta de New Harmony (1834)

La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey

Nuestra ciudad, aquella en que efectivamente vivimos, es el resultado de un plan —explícito tanto como también tácito— de naturaleza social y política.
Nuestra ciudad es el resultado del grado relativo de inteligencia y sensatez que se ha podido urdir en un momento que ya ha quedado atrás. En la actualidad es cuando podemos comprobar las consecuencias de este plan. De este modo, una sociedad, una economía y su política han desplegado sobre el territorio una lógica, unos procedimientos y unos modos productivos que resultan en lo que efectivamente vivimos.
Y no nos gusta mucho de lo que vivimos. Una sociedad excluyente y competitiva, una economía a la que le suele sobrar la gente y una política que es expresión de la hegemonía de los pocos poderosos sobre las amplias mayorías sociales. Nuestras ciudades se vuelven reductos peligrosos, mosaicos socioespeciales, centros históricos vaciados de vida auténtica, expansiones territoriales de unas urbanizaciones sin ciudad.
El tipo de ciudad que podríamos querer es la que fuera expresión coherente de una sociedad y una política más inteligente y sensata que la actual. Una ciudad en donde sea posible administrar en paz las contradicciones sociales inevitables, en donde el organismo urbano se pueble de eventos promotores de la vida urbana, en donde los centros históricos dejen de ser meros escenarios para el turismo banal de masas, en donde valga la pena soñar y despertar cada día.
Antes del diseño y de la construcción urbanista, el proyecto de un tipo de ciudad que podríamos querer es de naturaleza eminentemente social y política.


Entre el cielo y el suelo, recortada en el horizonte

Jenő Benedek  (1939 – ) Torre de Babel (2000)


Ahí está. No ya la torre, impracticable como realidad tectónica. Pero sí la tentativa, el conato, la osadía insensata que nos concede nuestra extraña condición de humanos.

Proyecto/diseño: Utopía/ruina

Carl Gustav Carus (1789- 1869) Ruinas del Coliseo a la luz de la luna (1839)

Los fundadores de una nueva colonia, cualesquiera que hayan sido los ensueños utópicos de virtud y felicidad que presidieran su proyecto, han considerado siempre, entre las cosas más necesarias, dedicar a un cementerio una parte del terreno virgen, y otra parte a la erección de una cárcel.
Nathaniel Hawthorne
¿Qué es diseño? Un plan por colocar elementos de la mejor manera para logra un propósito en particular.
Charles Eames
En la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades
José Ingenieros
¿Cuánto durarán las nuevas mansiones de nuestro único dios, construidas sobre las ruinas de no uno, sino mil dioses?
Carlos Fuentes

La diferencia entre el proyecto y el diseño es la diferencia entre sus resultantes finales.
De un proyecto, idea informadora de todo aquello que sucedería en el futuro, resulta una utopía.
De un diseño, determinación concreta de una cosa, resulta, a la vuelta del tiempo, algún tipo de ruina.

Luego, es más razonable proyectar las formas de habitar, sin pretender, diseñarlas, so pena de frustrar toda expectativa razonable.

Utopías

Wenzel Hablik (1881- 1934) Grandes edificios utópicos coloridos (1922)


Hay que aplicarse a explorar las arquitecturas y las ciudades que pueblan nuestros sueños.

Proyecto y utopía

Ruinas de San Ignacio Miní, Misiones, Argentina


En todo proyecto hay una apuesta a conferirle un lugar a un futuro. Si bien la construcción tiene siempre el mérito del esfuerzo, su ruina es el signo de la Utopía que ha encarnado.