Plumas ajenas: César Barreto

 La materia oscura será tal vez

el peso invisible del olvido
de lo que no nació aún y espera
de lo que no fue hasta ahora y sueña.
César Barretto Luchini
Enero de 2021

Un sentido árabe del refinamiento en el habitar

Palacio Bahia en Marrakech

Uno de los grandes aportes de la arquitectura árabe a una común cultura arquitectónica de la humanidad es el peculiar destaque que tiene, en ella, el tratamiento meticuloso del lado interior.
Para disfrutar de los placeres de esta arquitectura, hay que adentrase en ella y recorrerla con la piel. Son ejemplares los resplandores, las penumbras, las texturas, el frescor y la musicalidad de los patios. Para disfrutar de los placeres de esta arquitectura no basta con contemplar los lugares; hay que habitarlos.

Sería ilusorio y falaz imitar torpemente tal o cual gesto ornamental. Pero sería algo importante aprender la lección definitiva sobre el papel de la delicada membrana interior de toda arquitectura, esta que roza la piel.

¿Qué patrimonio? (IV)

Barrio Reus Sur, Montevideo

Cuando inventarían los elementos humanos resaltables distribuidos por el espacio, los trabajos expertos sobre patrimonio, así como las iniciativas políticas al respecto, suelen atender piezas supuestamente idiosincrásicas, nudos o núcleos fuertes que se presumen capaces de remitir a un pasado compartido por una cierta comunidad, rasgos arquitectónicos o urbanísticos que merecen ser subrayados, en detrimento de otros que se desechan o sencillamente pasan desapercibidos.

Manuel Delgado, 20171

Así como es significativo el hecho asertivo de decidir qué preservar a título de patrimonio, es también el hecho de la sanción del olvido social.
El antiguo Barrio Reus Sur, epicentro de la cultura del candombe uruguayo fue objeto de la más genocida operación de supresión de memoria urbana y arquitectónica. Los estigmas de la negritud, la pobreza y la cultura popular eran demasiado para un Montevideo sumido en la oscuridad de la dictadura cívico-militar. Así que olvidemos, no por las buenas, sino más bien por las malas, que ellos han sido.

Por suerte, cada vez que resuenan los tambores y se estremecen los mejores cuerpos con su ritmo y cadencia, reviven los fantasmas.

Una entusiasta recomendación

 


Acabo de concluir la lectura de la magnífica Historia de las alcobas, de Michelle Perrot, en su edición en castellano, de la editorial española Siruela. 

A todos los navegantes, mi más entusiasta recomendación de un libro estupendamente escrito. Vale la pena recorrer sus páginas hasta llegar a sus palabras finales:

"La habitación es un objeto límite cuya opacidad desbarata las curiosidades del investigador, al igual que las del poder.

Es, sin duda, una de las razones de su capacidad de seducción."

Plumas ajenas: Manuel Delgado

[...] el turista es ante todo un espectador, un voyeur. Al respecto, sería suficiente para hacer su elogio descubrir en él una forma radical del flânneur baudeleriano, ese personaje central en la modernidad que se abandona a la pura travesía diletante de la ciudad, por el placer de caminar y sin otra tarea que la de gozar de las virtudes del puro observarlo todo. Pero el turista es más que un paseante ocioso, es sobre todo un merodeador. No sólo mira, sino que busca y encuentra, como Barthes advertía, ante todo signos, es decir nudos entre un significado que traía consigo y significantes que deberían estar ahí, como esperándolo.
Manuel Delgado, 2015
Artículo completo en

Formas tenues de la arquitectura

Édouard Boubat (1923 -1999) Pareja en paraguas (1956)

Antes de prestar tanta atención a la arquitectura de piedra, ladrillos, madera, hierro y cristal, formas arduas y pesadas, cabe considerar ciertas formas tenues de la arquitectura.
Hoy no se trata de la levedad de los sueños, ni a las abstracciones de la representación, sino de los sutiles gradientes energéticos que originan lugares habitables.
Cosas tales como una fresca y reparadora sombra en una solana, allí donde la piel agradece la confortación de un circunstancial amparo.
Cosas tales como una mancha de luz que se inmiscuye en las penumbras de un interior, allí donde refulge quedo algo que tenemos por propio.
Cosas tales como un medido murmullo, que sólo toca a nuestros oídos, envolviendo al emisor e interlocutor en una sutil membrana de complicidad.
Cosas tales como un sutil perfume que puebla el abrazo de los amantes.

Cosas, en fin, que dan forma a los lugares que efectivamente habita nuestro cuerpo y que, por ello, merecen una peculiar atención arquitectónica. 

Habitando el discurrir

Richard Westall (1765- 1836) George Gordon Byron (1813)

Tremenda pregunta que te invito a formularte: "¿Dónde estás cuando estás pensando?"
Manuel Delgado, 20171

En verdad es una excelente pregunta.
No se responderá aquí sobre la localización física del cuerpo del pensante. Allí donde se sitúe el cuerpo, allí es que la conciencia trabaja a su modo.
En realidad, debe ajustarse algo la formulación de la cuestión. ¿Dónde estás (existencialmente) cuando estás pensando según qué modo? Así, la pregunta es por el estatuto que adopta la habitación del lugar según qué modos de operar adopte la conciencia.
Tiene mucha razón nuestro autor citado: discurrir, meditar, reflexionar suponen, recíprocamente pensar y marchar. Es caminando que nuestra conciencia ha aprendido a discurrir, a recorrer —a su manera— espacio y tiempo. Discurrimos en estado de marcha, por más que nuestro cuerpo repose plácido. Por ello, en aquí, por el Río de la Plata, decimos que cuando un sujeto se enfrasca en sus pensamientos, está ido. Es que no ha recorrido la dirección de la vuelta. Cuando meditamos profundamente, habitamos el discurrir, que no es un lugar físico concreto, sino un habitus, una práctica de la consciencia.
Pero la reflexión no es el único hábito de la consciencia, por más que goce de merecido prestigio entre los intelectuales. Existe un pensamiento situado y también un pensamiento eventual, que corresponden a otros tantos modos de habitar nuestros lugares. Pero esto será materia de otras entradas.

1Artículo completo en:

En la dimensión erototópica del habitar

Édouard Boubat (1923 -1999) S/t, s/f

Hay un gesto arquitectónico peculiarmente entrañable en la acción de abrazar.
Sucede que no sólo se ampara el cuerpo del ser amado, sino que se lo separa del resto del mundo. El deseo, de esta manera, constituye el lugar en donde dos personas quedan atrapadas en una común esfera intensamente dominada por la emoción y el afecto, a la vez que los mismos cuerpos, en su mutuo abrazo deciden autoconfinarse y poner distancia mayor con respecto a todo lo demás. Entonces, el lugar late sincrónico y el tiempo y el espacio dejan de ser lo que fueron antes que todo esto empezara, que es la vida según merece ser vivida.

Una arquitectura viva debería conservar toda la energía y toda la carga de deseo que tienen los abrazos y debería equiparar en algo sus pasiones.

¿Qué patrimonio? (III)

Palacio Taranco Museo de Artes Decorativas

En realidad, lo que se establece para esos lugares especiales es una suerte de indulto que les permite el privilegio de no ser arrasados por esa máquina de depredarlo todo que es el sistema capitalista, que solo salva del borrado aquello de lo que, momificado, puede ser eventualmente fuente de beneficios económicos directos, o indirectos, cuando se ponen al servicio de la legitimidad simbólica de las instituciones encargadas de proteger sus intereses.
Manuel Delgado, 20171

Una vez que se han amparado bajo el título de la condición patrimonial los ámbitos patricios, se impone ampliar la cobertura conceptual y simbólica del sentido del rescate, de la preservación y del cultivo de la memoria.
Así es que las ciertas residencias peculiarmente señaladas por su calidad material, por la opulencia de sus equipamientos y por las improntas de prestigio social que confiere la fortuna de larga data adquieren un valor social simbólico nuevo. Cuando dejan de ser estrictamente funcionales para su usufructo material y privado se incorporan a la “memoria social” de la ciudad.
Es significativa la coincidencia de los casos de Montevideo y Buenos Aires. En el primero, el “Palacio” Taranco y en el segundo la residencia Errázuriz Alvear, se transforman en sendos Museos de Artes Decorativas.
Lo que realmente importa es el efecto simbólico de la pervivencia de aquello que la ideología dominante tiene por “mejor”.

1http://elpais.com/elpais/2017/05/26/seres_urbanos/1495806995_723551.html

Plumas ajenas: Jorge Luis Borges

Barrio recuperado

Nadie vio la hermosura de las calles
hasta que pavoroso en clamor
se derrumbó el cielo verdoso
en abatimiento de agua y de sombra.
El temporal fue unánime
y aborrecible a las miradas fue el mundo,
pero cuando un arco bendijo
con los colores del perdón la tarde,
y un olor a tierra mojada
alentó los jardines,
nos echamos a caminar por las calles
como por una recuperada heredad,
y en los cristales hubo generosidades de sol
y en las hojas lucientes
dijo su trémula inmortalidad el estío.

Jorge Luis Borges

Sueño de umbrales

Michael Maier (1568–1622) Atalanta fugiens Emblema 27

El atravesamiento de umbrales constituye una estructura primordial para constituir un evento claramente articulado con respecto a la situación en una instancia dada, por una parte y por otra, también articulado con el estado de tránsito.
Según parece, habitamos constituyendo eventos, situaciones o estados. Puede que estos sean un elenco finito de patrones existenciales que causan eficazmente los más diversos gestos arquitectónicos.

Los eventos, originados en críticos atravesamientos de umbrales causan así la ocurrencia de los vanos, huecos y fronteras como límites practicables. Todo atravesamiento de umbral constituye una transformación de un estatuto dado y la ocurrencia del umbral es la propia del lugar de esta transformación. Mientras atraviesa la puerta, el sujeto de la ilustración abandona la Naturaleza en pos de la Cultura, cambia la Selva por el Jardín, cede la Vagabundez a la Vida cívica. También podría haberse realizado el atravesamiento contrario y entonces la ilustración adquiriría una fuerza poética adicional: el viandante echa luego la mirada atrás y reconoce en la puerta el signo de su propia experiencia.

Sobre sostenibilidad (VI)

Toledo

Es claro que la cuestión de la sostenibilidad no pasa solamente por el consumo energético. Básicamente se trata de una cuestión cultural, esto es, que envuelve una serie de otros factores “no cuantificables” tan importantes cuanto los energéticos, referidos a los hábitos de consumo, de comportamiento social, de desplazamientos, de localización, de respeto a la memoria acumulada, a la constitución de los lugares y a las relaciones que las personas y las edificaciones mantienen entre sí y con el espacio en común; con las transiciones entre lo individual y lo colectivo, entre lo público, lo semipúblico y lo privado. Se trata de una intrincada red de interacciones entre factores objetivos y subjetivos, entre lo real y lo imaginario y entre lo material y lo inmaterial, cuando hablamos de sostenibilidad.
Jorge Jáuregui

Las clarividentes consideraciones de Jáuregui acerca de la sostenibilidad mencionan un importante aspecto: la constitución efectiva de lugares.
La constitución de lugares es función principalísima del habitar. Cuando se establecen adecuadas, dignas y decorosas relaciones entre las personas entre sí y con respecto a las estructuras espacio-temporales que pueblan, entonces y sólo entonces la vida humana tiene efectivo lugar. Y este constitucional tener lugar será sostenible o no será.
El problema más profundo que aqueja a la vida contemporánea es la creciente dificultad que tienen las más amplias mayorías sociales para tener efectivo lugar en ciudades y territorios. Si se repasan todos los aspectos que se han tratado con anterioridad acerca de la sostenibilidad, se puede concluir que todos se sintetizan superiormente en la dificultad estructural de nuestro habitar contemporáneo en la efectiva constitución de lugares.
Nuestra actual urbanización sin ciudad nos transforma en furtivos fugitivos en un agregado inconexo y anómico de no-lugares.


La teoría del habitar y el funcionalismo (III)

Maurits Cornelis Escher (1898-1972) Mano con esfera reflectante, (1935)

En el derrotero de la senda del funcionalismo, la Teoría del Habitar opta por adelantarse un paso y así trascender el problema de la función para abordar el compromiso arquitectónico con la finalidad.

El avance por la senda teleológica es, con mucho, un desarrollo prudente, esforzado y también prometedor. Ya no basta con contentarse en el empeño de que las cosas funcionen, sino que se aborda, con toda su profunda complejidad el dilatado territorio de la implementación humana de la arquitectura. Que los artefactos arquitectónicos funcionen implica, por lo pronto, que se operen, usen y practiquen. Y sin embargo, las disquisiciones sobre la finalidad arquitectónica no se agotan en tales aspectos. El para qué de la arquitectura, la causa final del vínculo existencial entre seres humanos y los lugares que pueblan, la implementación cabalmente humana de este tener efectivo lugar, todo esto es materia de una necesaria reflexión.

¿Qué patrimonio? (II)

Casa de Fructuoso Rivera

Subrayados en su ubicación natural, pero súbitamente museificados por la mirada del especialista, se considera que esos materiales espaciales a patrimonializar expresan elocuentemente virtudes colectivas que deben durar, ingredientes de los que –se insinúa– depende la pervivencia misma del grupo que los exhibe como sus atributos extensivos. Es así que ciertos aspectos de un determinado territorio reciben un trato singular al ser integrados en la lista de lo que se establece que es patrimonio cultural, artístico, etnológico, histórico... Fragmentos del espacio son de este modo enaltecidos y salvaguardados por su valor como pruebas de un pasado digno de ser recordado, es decir tenido presente.
Manuel Delgado, 20171

Una segunda etapa del reconocimiento patrimonial proviene del recuerdo de aquellos personajes que pudiesen considerarse padres. Es que, desde un punto de vista etimológico, el patrimonio es el legado de los padres.
En nuestro país se reconocen como tales a ciertos próceres fundadores históricos de una nacionalidad forjada con gestos belicosos, independentistas y republicanos, mediante un proceso largo, sangriento y no exento de complejas figuras de luces y sombras. Así que los historiadores de cuño tradicional han reivindicado la museificación de las residencias de estos padres de la patria, fundadores de los Partidos Políticos Tradicionales. Tal el caso de la residencia del General Fructuoso Rivera, fundador del Partido Colorado, primer presidente constitucional del país.
Con la incorporación de casas como ésta se construye una historia, por una parte y por otra se sanciona aprobadoramente una opción historiográfica por una historia —recordada, rescatada, y también inventada— inscrita en el palimpsesto urbano.
Y ahí está nuestra ciudad de Montevideo, recordando a su prócer en la Ciudad Vieja, (honrándolo además con la denominación de una importante avenida) y olvidando el genocidio de Salsipuedes, allí en donde el General decidió exterminar a los charrúas, habitantes originarios de nuestro atribulado país.

1http://elpais.com/elpais/2017/05/26/seres_urbanos/1495806995_723551.html

Sueño de escaleras

Bernardo Bellotto (1721- 1780) Capricho (1762)

¿Qué es lo que hacen las escaleras?
Unen y separan. Así como permiten ascensos y descensos, tienen la virtud de oponer todo aquello que mora ya en su arranque, ya en su remate.
De modo que articulan dos regiones moralmente oponibles: quiere la bipedestación que en lo eminente radique lo bueno, lo noble, lo importante, mientras que allá abajo queda lo vil, lo común, lo cotidiano.

Soñadas, las escaleras siempre suponen que al esfuerzo de ascender por ellas le corresponderá un logro, una revelación, un vértigo. Soñadas, siempre resulta algo inquietante descenderlas. Soñadas, siempre implican una suerte de desafío al acontecer. Soñadas, siempre muestran un horizonte tras el cual algo sucederá.

Metáforas (II): Arquitecturas como guantes


Alvar Aalto (1898- 1976) Villa Mairea (1937)

Las casas-guante son concebidas a partir de la constitución concreta y humana de quienes la habitan.
Ni se exceden en holguras, ni aprietan: tienen un tamaño conforme a la vida. Siguen con adecuación, dignidad y decoro los más sutiles de los gestos del cuerpo. Las arquitecturas-guante alojan vida humana con gozo, elegancia y conveniencia.

Las grandes mayorías de la humanidad ansían arquitecturas-guante. Tienen derecho. 

Sobre sostenibilidad (V)

Lisboa

Es claro que la cuestión de la sostenibilidad no pasa solamente por el consumo energético. Básicamente se trata de una cuestión cultural, esto es, que envuelve una serie de otros factores “no cuantificables” tan importantes cuanto los energéticos, referidos a los hábitos de consumo, de comportamiento social, de desplazamientos, de localización, de respeto a la memoria acumulada, a la constitución de los lugares y a las relaciones que las personas y las edificaciones mantienen entre sí y con el espacio en común; con las transiciones entre lo individual y lo colectivo, entre lo público, lo semipúblico y lo privado. Se trata de una intrincada red de interacciones entre factores objetivos y subjetivos, entre lo real y lo imaginario y entre lo material y lo inmaterial, cuando hablamos de sostenibilidad.
Jorge Jáuregui

La sostenibilidad urbana tiene un aspecto especialmente señalado en el cultivo respetuoso de la memoria histórica y la conservación sensible del patrimonio.
No se trata sólo de la preservación de escenarios aptos para la pura explotación turística. Se trata de cultivar la propia identidad, memoria y referencia haciendo lugar a la vida urbana rica en contenido histórico efectivamente reelaborado en el día a día. Son sí valiosos los relictos históricos, pero más valiosa es la propia historia social en su propio desenvolvimiento allí donde tiene efectivo lugar.

Es preciso precaverse tanto del olvido y la sustitución insensata tanto así como de la museificación. Es preciso velar por la supervivencia de la propia vida social en su específica locación.

La teoría del habitar y el funcionalismo (II)

Aino Aalto en sillón Paimio, fotomontaje 1930

El funcionalismo moderno se contentó con un enfoque mecanicista eficaz, aunque reductivo.
La Teoría del Habitar debe rescatar la atención a la condición humana, concreta, pragmática y superior debida al magisterio de Alvar Aalto. No por casualidad esa preocupación inspira a Christian Norberg-Schulz en su indagación sobre los aspectos que vinculan la existencia y los lugares habitados.

En la actualidad estamos en condiciones especialmente favorables a poner en el centro de la atención a la propia condición humana, por encima de todo lo demás.

¿Qué patrimonio? (I)

Tomás Toribio (1756- 1810) Cabildo de Montevideo

Cuando inventarían los elementos humanos resaltables distribuidos por el espacio, los trabajos expertos sobre patrimonio, así como las iniciativas políticas al respecto, suelen atender piezas supuestamente idiosincrásicas, nudos o núcleos fuertes que se presumen capaces de remitir a un pasado compartido por una cierta comunidad, rasgos arquitectónicos o urbanísticos que merecen ser subrayados, en detrimento de otros que se desechan o sencillamente pasan desapercibidos.

Manuel Delgado, 20171
No por casualidad, el hogar del Poder constituye una primera emergencia de una primera conciencia sobre el patrimonio.
Pueden cambiar las formas políticas, pero lo que perdura en la memoria ciudadana son los contenedores físicos y simbólicos del poder. Tal lo que ha sucedido en Montevideo, en donde el edificio del Cabildo y Reales Cárceles ha constituido, con la Catedral, el principal elemento patrimonial que ha sobrevivido a las gestas de la independencia.
Todo patrimonio principia por fijarle domicilio a quienes mandan.



El origen de la dimensión alethotópica del habitar

Antoine Chintreuil (1814- 1873) La niebla (1868)

Hay un desajuste o una distancia entre la vida y sus posibilidades, entre los hechos y los valores, entre lo que hay y lo que tendría que haber, entre lo que sabemos y lo que siempre entendemos que se nos escapa aunque no sepamos qué es. La lista de desajustes es infinita, porque son las múltiples caras de una misma distancia: la que recorre a velocidad infinita el pensamiento de un ser finito. Un ser finito, nosotros: eso que no sabemos dónde empieza y donde acaba pero que provisionalmente localizamos en el espacio y el tiempo como nosotros, los humanos. ¿Cuáles son los límites y las condiciones de posibilidad del pensamiento que se rebela contra su propia finitud y contra sus propios límites? Eso es lo que hace el pensamiento: ir más allá de lo que inmediatamente somos, pero no para encontrar cualquier cosa, sino algo que sea, de algún modo, verdad.  
Marina Garcés

En la historia de la humanidad debe haber un momento especialmente luminoso en el que algún lejano antepasado descubrió para todos nosotros que habitamos un horizonte tras el cual reside, hacia adelante, todo lo que vendrá.
Nuestros esfuerzos tienen por cierto límites: habrá umbrales que nunca sobrepasaremos. Y sin embargo, nos ha sido revelado para siempre que sobrevendrán cosas y eventos tras nuestros horizontes.

Y así habitamos, escudriñando el cielo y los confines aparentes de la tierra, atentos y anhelantes de signos de lo nuevo, de lo que aún no es, pero podría ser, de lo que fuera bueno que llegara a ser.

Metáforas (I): Arquitecturas como corsés


En la casa-corsé el artefacto diseñado y construido impone su desiderátum a la vida humana.
Por ello, la arquitectura-corsé aprieta, angustia y constriñe. La arquitectura-corsé es un ingenio, una astucia, un ardid. También puede decirse: la arquitectura-corsé es la arquitectura tal como se acostumbra y resigna la abrumadora mayoría de la humanidad.
Padecemos agudamente las arquitecturas como corsés de la figura humana del habitar.

Sobre sostenibilidad (IV)

Hablan los muros y las bardas

Es claro que la cuestión de la sostenibilidad no pasa solamente por el consumo energético. Básicamente se trata de una cuestión cultural, esto es, que envuelve una serie de otros factores “no cuantificables” tan importantes cuanto los energéticos, referidos a los hábitos de consumo, de comportamiento social, de desplazamientos, de localización, de respeto a la memoria acumulada, a la constitución de los lugares y a las relaciones que las personas y las edificaciones mantienen entre sí y con el espacio en común; con las transiciones entre lo individual y lo colectivo, entre lo público, lo semipúblico y lo privado. Se trata de una intrincada red de interacciones entre factores objetivos y subjetivos, entre lo real y lo imaginario y entre lo material y lo inmaterial, cuando hablamos de sostenibilidad.
Jorge Jáuregui

Los modos contemporáneos de habitar territorios, ciudades y arquitecturas demuestran ser claramente insostenibles en lo que toca a las dinámicas de localizaciones.
Los distintos actores y sectores sociales se hallan en dura lucha y competencia por el establecimiento en los lugares. Cada quien busca con ahínco el lugar que lo sitúe entre los suyos —la gente como uno— a la vez que lo separe, lo distancie y lo distinga de los Otros. Así, las ciudades resultan mosaicos conflictivos de localizaciones diferenciadas cultural y económicamente.

Mientras tanto, la propia ciudad y su consustancial complejidad social agonizan.

Siete años fatigando la red

Alberto Durero (1471-1528) Perspectiva (1525)


Siete años de esfuerzo vano por apresar el bello espectáculo de la vida en una cuadrícula que permita conocerla mejor. Pero siempre e invariablemente acechante

La teoría del habitar y el funcionalismo (I)

Ludwig Mies van der Rohe (1886 - 1969) Casa Farnsworth (1946)

Del funcionalismo, larga tradición en el pensamiento arquitectónico, se puede heredar, con provecho y oportunidad, el compromiso con el para qué de todos y cada uno de los extremos del obrar.
Lo que la Teoría del Habitar tiene por aportar es un compromiso sustantivo con la realidad efectiva del cumplimiento de la función, más allá de una ideología que se contenta con argumentar sobre su presunta significación de esta función. En otros términos, nos preocupa ahora que las cosas funcionen efectivamente, más que nos persuadan de ello de modo puramente retórico.

Es que, en realidad, mucho funcionalismo resulta, en los hechos, poco funcional. Pero, como el compromiso de la Teoría del Habitar es con el efectivo habitar del hombre, y no ya con la retórica de la imagen fotografiable de la arquitectura, los eventos arquitectónicos verifican su valor en su implementación funcional efectiva.

Habitar sereno

Templo en Borobudur, Java

La experiencia de escalar las plataformas de Borobudur es muy intensa. Cuando uno emerge de los corredores cerrados de las plataformas inferiores para salir al espacio abierto de la parte superior, rodeado de un círculo de volcanes, experimenta una fuerte conciencia de haber escapado a las restricciones físicas y de haber entrado en un mundo más grande. Hasta el turista más curtido tiene la sensación de que no está realizando una mera visita a un sitio, sino los progresos de un peregrino. Los constructores de Borobudur entendieron perfectamente cómo la piedra puede configurar el pensamiento.
Cuando llegué a las tres plataformas circulares de la cima, descubrí que allí las enseñanzas se interrumpen. Ya no hay relieves que expliquen historias, sino unas simples stupas acampanadas con un Buda sentado dentro de cada una de ellas. Hemos dejado atrás y bajo nuestros pies el mundo ilusorio de la representación y la realidad; este es un mundo sin formas. En el punto más alto de Borobudur hay una enorme stupa acampanada. En su interior no hay nada, sólo el vacío: el objetivo último de este viaje espiritual.

Neil McGregor, 2010