Por qué una teoría del habitar



El Diccionario de la Real Academia define la arquitectura como El arte de proyectar y construir edificios. Así se entiende esta materia en el lenguaje corriente. Sin embargo, la conceptualización que deriva de tal definición, una vez que se confronta esta última a los efectivos referentes —esto es, las obras y las actividades arquitectónicas concretas— se revela como problemática, apenas uno se toma la molestia de reflexionarlo.
La proposición formal es:
·       La arquitectura es el arte (caracterización genérica)
·       de proyectar y construir (caracterización específica)
·       edificios (caracterización teleológica o de propósito).



Ahora bien, es posible discutir si la arquitectura es o no un arte, de acuerdo a cómo se conceptualice el propio arte. Si sustituimos el término “arte” por la expresión “actividad social de producción” es de suponer que dejaremos aceptablemente satisfechos a partidarios del arte tanto como a sus opositores.
Por otra parte, no es unánimemente aceptado que el proyectar y el construir sean la caracterización específica de lo arquitectónico. Pero al menos hay que reconocer que los arquitectos entienden, en general, que su profesión y oficio tiene aspectos intelectuales como prácticos. Lo que sucede es que no puede asimilarse tranquilamente la confusión entre lo que sería la arquitectura y aquello que hacen los arquitectos.
Por último, la parte más débil y atacable de la definición es la que señala la finalidad de este arte de proyectar y construir. Los edificios no son la finalidad de la arquitectura, sino son apenas un medio —entre otros— para satisfacer una demanda humana fundamental que es la de habitar. Aquello que los seres humanos habitamos es algo más que unos simples edificios: habitamos lugares.
De manera que una más adecuada definición de arquitectura, según hemos discurrido, sería:
Actividad social de producción, que se especifica en labores tanto intelectuales como de transformación material, dedicada a la constitución de lugares, esto es, sitios habitables.
La teoría de la arquitectura, que es el compendio de todo aquello que, en un contexto de lugar y época concretos, se sabe acerca de la arquitectura, ha hecho centro en diversos puntos críticos. En un principio, el punto crítico ha sido la construcción (toda la tradición que se nutre de Vitruvio se centra en el problema de construir). Más adelante, desde el Renacimiento, el nodo central de la reflexión arquitectónica lo constituyó —y aún constituye en la actualidad— el proyecto (lo que para algunos constituye una novedad contemporánea, en realidad, proviene de Leon Batista Alberti). Ahora, la preocupación teórica por el habitar, es —aunque cueste creerlo— una verdadera novedad.
La teoría del Habitar, entonces, es un nuevo centro epistemológico de reflexión teórica, a la vez que constituye un campo de indagación antropológico complementado por otras ciencias sociales. La teoría del habitar, en suma, se ocupa de todo aquello que les sucede a las personas cuando desarrollan sus existencias en los lugares que habitan.

1 comentario:

  1. Tambien tendria que darse un poco de atencion a la Restauracion y Conservacion de la Arquitectura exitente la cual representa la historia del pais...Cuantos recursos se pueden ofrecer con la integracion de UTU..e Industriales para completar los programas de aprendizaje practico con mano de obra de los jovenes estudiantes en projectos de Restauracion de fachadas...lo cual seria una fuente de experiencia enorme para los Jovenes y un gran insetivo de Trabajo para controlar la desocupacion del futuro...tiene que ser organizado y dirigido por un grupo de Arquitectos con vistas a conservar los edificios antiguos.

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