El
hecho es que el trabajo presenta dos aspectos: como ejecución de un trabajo es
parte orgánica de la vida cotidiana, como actividad de trabajo es una
objetivación directamente genérica. Marx, para distinguirlos se sirve de dos
términos distintos: el primero lo denomina labour, al segundo work. (Heller, 1994: 119)
La habitación de los lugares de trabajo
Habitar
no debe confundirse con el residir o
el alojarse. También se habita el
lugar del trabajo, el de estudio, el de cuidado de la salud y aún en una celda
del presidio. Como afirma Roberto Doberti: todos
habitamos y habitamos siempre. Esto significa: en tanto somos seres
situados, siempre estamos sumidos en una circunstancia.
Por
otra parte, el trabajo (labour) es
inherente a la condición humana: en tanto producimos, demandamos y viceversa.
En el contexto de concretas e históricas condiciones de producción, realizamos
el trabajo (work) en forma de
objetivaciones de diversa naturaleza.
Aquí
prestaremos atención a la habitación de
los lugares en los que se trabaja.
Ilustración 1. Alphonse Moutte
(1840-1913) Descarga de un brick en
Marsella (1876)
El
lugar de trabajo es escenario de los esfuerzos y se acondiciona a la escala que
tiene la tarea. Supone unos rituales concertados en función al mutuo cuidado y
solidaridad compañera. También constituye un mecanismo económico que varios
contemplan con la perspectiva de optimizarlo, esto es, explotarlo más
eficientemente.
Trabajar: espacio y tiempo
En la
esforzada vida rural, el trabajo se disemina sobre el territorio, encontrando
muy precisas circunstancias de espacio y tiempo. Hay estaciones en el tiempo y
hay distribución espacial de los diferentes agentes. Los lugares de trabajo se
multiplican en diversas circunstancias, determinadas por una temporalidad
cíclica.
Ilustración 2. Abel Grimmer (1565- 1630) Primavera (1607)
Ilustración 3. Abel Grimmer (1565- 1630) Verano (1607)
Ilustración 4. Abel Grimmer (1565- 1630) Otoño (1607)
Ilustración 5. Abel Grimmer (1565- 1630) Invierno (1607)
Con el
advenimiento de la Revolución Industrial, los lugares de trabajo se vuelven
específicos y acondicionados. El tiempo pasa a ser lineal y orientado. Se
trabaja en un establecimiento dedicado a ello, en unos ámbitos arreglados en
principio para la producción y sólo subsidiariamente para la presencia humana
trabajadora.
Ilustración 6. Lewis Wickes Hine (1874- 1940) Mecánico trabajando en una bomba de vapor
(1920)
Ilustración 7. Carl Grossberg (1894- 1940) La cinta Jacquard (1934)
En la
primera industria, suele dominar en el paisaje la presencia abrumadora, ruidosa
y peligrosa de la maquinaria. También es particularmente destacada la presencia
de las fuentes de energía, allí donde se asocian, con denuedo, los trabajadores
con el fuego.
Ilustración 8. Anders Zorn (1860- 1920) Cocinando pan (1889)
Ilustración 9. Robert Sterl (1867- 1932) Trabajadores del hierro (Krupp) (1919)
Es
significativa la concentración y el confinamiento de amplios contingentes de
trabajadores y trabajadoras. Con ambos factores combinados, emergen las condiciones
de trabajo como problema de relacionamiento social. Deberá prestarse aquí
atención especial a cómo los acondicionamientos de los lugares de trabajo
interactúan con las condiciones laborales.
Ilustración 10. Johann Hamza (1850- 1927) Las modistas (1902)
Condiciones de trabajo
En
principio, los lugares de trabajo deben ser adecuados.
Por lo general se conciben, proyectan y desarrollan en torno al proceso que
allí se desarrolle. Pero hay que pensar que hay una adecuación especial, no
siempre tenida en cuenta, con respecto a las personas que tienen allí sus
jornadas laborales. Seguridad y salud en los lugares de trabajo son
adecuaciones irrenunciables.
Ilustración 11. Thomas Pollock Anshutt (1851-1912) El descanso de los metalúrgicos (1880)
Ilustración 12. Harriet Jane Moore (1801- 1884) Michael Faraday en su laboratorio (s/f)
Ilustración 13. Hector Hanoteau (1823- 1890) El degustador de vinos (1850)
Otro
aspecto importante es la dignidad. En
efecto, todos los lugares de trabajo deben ofrecer condiciones y prestaciones
dignas a las personas que trabajan. Debe tenerse en cuenta que, como ser
situado que es, el hombre proyecta su dignidad como persona a la situación en
la que se sume.
Ilustración 14. Henri Caïn (1857- 1937) El almuerzo del obrero (1891)
La
dignidad en el trabajo no se circunscribe sólo al tiempo productivo, sino que
comprende también el de descanso y restauración. También comprende a las
instalaciones donde se atiende al público.
Ilustración 15. Albert Anker (1831- 1910) Boda civil (1887)
Por
fin, un tercer requerimiento sobre los lugares de trabajo lo constituye el decoro. Por decoro se entiende aquí el
ajuste mutuo entre la adecuación entre lugares, actividades y personas, y la
dignidad de las situaciones de habitación de estos lugares.
Ilustración 16. Anders Zorn (1860- 1920) Viktor Rydberg leyendo en su despacho
(s/f)
El
decoro en el lugar de trabajo no puede ser una excepción, sino una
circunstancia corriente de cualquier trabajo, sea cual sea. El decoro no se
limita a los aspectos físicos del lugar o a las comodidades de su equipamiento,
sino también a adecuadas condiciones psicológico-ambientales.
El caso de la industria de la construcción
En el
caso de la industria de la construcción, hay ciertas condiciones específicas.
En efecto, aquí se habita, allí donde se encuentre, un obrador, esto es, un lugar sumariamente acondicionado para producir un lugar. Una vez terminado,
los constructores se retiran, humildemente.
Las
cosas comienzan por abrir espacio, despejar un calvero, sustraer el lugar de
algunas cosas para producirlo para otras.
Ilustración 17. Pekka Halonen (1865- 1933) Pioneros en Karelia (1900)
Ilustración 18. George Bellows (1882- 1925) La arenera (1917)
A
continuación, hay que transitar en busca de los materiales, extraerlos,
procesarlos e integrarlos de modo conformador. Disponer la materia en el
espacio y en el tiempo de modo estable y durable llega a tener aspectos
heroicos y épicos. También es un trabajo de riesgo.
Ilustración 19. Charles Gussin (s/d) La torre de Babel (1690)
Ilustración 20. Christian Rohlfs (1849- 1938) Constructores romanos (1879)
Ilustración 21. Lewis Wickes Hine (1874- 1940) Obrero trabajando en el Edificio Empire
State (1930)
Cuando
se acerca el fin de la obra y habiendo insumido siempre más tiempo que el
previsto, los operarios se afanan, frenéticos, por terminar las tareas. El fin
de las obras lo padecen tanto los trabajadores como los comitentes. Que todo
sea para bien.
Ilustración 22. Adoph Menzel (1815- 1905) Bienaventurados, propietarios (1888)
De vuelta a casa
Desde
que las condiciones sociales e históricas han impuesto la interposición de
distancias entre los lugares de trabajo y la casa, nada tan gratificante como
volver a esta última, por mejores condiciones que tengamos en el trabajo.
Ilustración 23. Tom Roberts (1856- 1931) Vuelta a casa (1889)
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